Una vez hayamos sorteado todas estas piedras en el camino, al
fin será el momento de continuar nuestra aventura, o de probar los DLCs,
si es que aún no los teníamos… o al menos, es lo que se supone que
deberíamos de poder hacer, ya que los DLCs han de descargarse por
separado, pero no podremos bajarlos si no disponemos de su versión para
PS4. Y al parecer, la obtención del Nioh Collection digital no otorga
estos DLCs. También hay reportes de otros usuarios que se encuentran con
que tienen que tienen que pagar (algunos un céntimo, otros algo más)
para poder descargar el contenido. Teóricamente ya está reportado, pero
que quede constancia por si al final no se arregla.
Distintos modos de visualización
Una
vez iniciemos cualquiera de los dos juegos, nuestra nueva versión de
PS5 nos dejará elegir entre tres modos visuales, con nombres más
técnicos que los antiguos “modo acción” y “modo video”. En esta ocasión,
podremos poner el juego en “modo 4K”, para obtener la mejor calidad de
imagen, en “modo 120 fps”, para obtener la mayor fluidez, y en “modo
optimizado para PlayStation 5” para obtener lo mejor de los dos mundos.
Si
bien los nombres son bastante descriptivos, siempre conviene confirmar
que implica cada uno. El modo 4K nos mostrará el juego a una resolución
4K aparentemente pura, sin utilizar el truco de reescalado de PS4. El
juego funcionará a demás a 60 frames por segundo, una fluidez de lo más
suave que va muy bien con su jugabilidad implacable, como ya pudimos
comprobar en el modo acción de la versión anterior. Parece poca cosa
dicho así, pero os aseguro que una vez probéis este modo, volver al modo
video de los anteriores será simplemente imposible, pareciendo que va a
cámara lenta o a trompicones en comparación.
En el modo 120 fps,
se ofrece la experiencia más fluida posible dentro del juego, siempre y
cuando nuestra pantalla sea compatible con las tasas de refresco de 120
hertzios. A cambio, la resolución del título se reduce a 1080p, lo que
puede ser más o menos notable dependiendo de nuestro setup y de la
capacidad de nuestra pantalla reescalando imágenes, y reduciendo la
resolución general de sombras y modelos, ofreciendo menos detalles en
general. Es un sacrificio bastante notable, si bien los jefes de Nioh
jamás parecieron más amenazadores o difíciles. La fluidez que aportan
los 120 fps a los combates es demencial, si bien seguramente tengáis que
verlo en vivo y en directo para comprender la diferencia.
El modo
para PS5, a priori, parece el menos útil de los tres, reduciendo la
resolución del juego a los mismos 1080p que el modo de 120 fps, pero
manteniendo la velocidad a 60 hertzios como el modo 4K. Qué ganamos en
este caso entonces, os preguntaréis. Pues ganaréis la mejor
implementación posible del HDR, la mayor resolución de sombras, los
mejores reflejos e iluminación dinámica, y el mayor nivel de detalle
posible dentro el juego, sin ni una sola ralentización.
¿Compensa el cambio?
Tras
dedicarle un tiempo a las tres opciones, he llegado a la conclusión de
que el modo para PS5 es la mejor manera de jugar a estos títulos, o al
menos, desde mi punto de vista. La resolución a 1080p en mi pantalla se
escala sin problemas a los 4K, sin que implique una reducción notable de
definición, pero la mejora en efectos gráficos, en los modelos y demás
es bastante más notable que la conseguida en el modo 4K.
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