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 Cada una de ellas se recarga de manera diferente y alguna cuenta
 con modos alternativos de disparo. La impresión inicial fue bastante 
mala pues, aunque el juego no presiona en exceso en los primeros 
momentos, resulta algo desesperante manipular estos complejos mecanismos
 en momentos de presión. Fueron varias las ocasiones en las que nos 
encontramos huyendo, intentando meter las dichosas balas en la escopeta u
 olvidando de que no habíamos bloqueado el cargador de la pistola. Sin 
embargo, hay que reconocer que el juego es extenso y durante las 12 
horas que tardamos en completarlo, tuvimos tiempo mas que suficiente 
para masterizar el uso de las armas e incluso para sentirlas realmente 
bien, como si de verdaderas se tratasen.  
    
   Herramientas de ciencia ficción
  Escondidos
 por muchos rincones de la ciudad encontramos paquetes de resina que 
podemos usar en unas impresoras gigantes para mejorar nuestro armamento.
 Tras completar un minijuego holográfico (luego hablamos de ellos), 
podemos elegir que prestación queremos añadir o ampliar. En el catalogo 
encontramos mirillas, sistemas de recarga automática, modos de fuego 
alternativo y ampliaciones de cargador. ¿Que son esos minijuegos 
holográficos, mencionados en el párrafo anterior? Se trata de pequeños 
puzles de habilidad, memoria y perspectiva, empleados como método para 
resolver ciertas situaciones complejas, por medio de una herramienta 
especial de nuestro inventario. 
  No vamos a entrar en detalle y, 
aunque algunos se pueden hacer un poco pesados, lo cierto es que otros 
nos han gustado mucho. Especialmente los que tienen que ver con el 
seguimiento y manipulación de redes eléctricas, que obligan a explorar e
 interactuar el escenario.
  Bugs, bugs y más bugs
  Desgraciadamente
 no todos pueden ser halagos a esta gran obra. Durante varias partidas 
sufrimos una serie de problemas que afectaron drásticamente a nuestra 
experiencia de juego. En concreto, se descojonó la altura de la cámara, 
impidiéndonos abrir puertas. También nos ocurrió varias veces que, el 
objeto clave que necesitábamos para progresar, se perdía en algún lugar 
inaccesible por culpa de unas caprichosas físicas. Finalmente, y tras 
unos largos momentos de desesperación, nos dimos cuenta de que la única 
solución posible era por recargar la ultima partida “sana” y volver a 
intentarlo. Esto nos generó una inercia un tanto enfermiza por guardar 
partida a cada paso que dábamos.
  Hay que aclarar que, aunque el 
juego es compatible con todos los principales dispositivos de realidad 
virtual compatibles con Steam: Oculus Rift Windows Mixed Reality, Valve 
Index y HTC Vive, nosotros solo lo hemos podido probar en esta última 
plataforma.
  
     
    
   Un espectáculo en tu cara
  Lo primero que nos 
llama la atención de HLA es que todo se ve y se escucha 
impresionantemente bien. Los gráficos están adaptados a la sencillez 
habitual de los juegos de RV, que necesitan de una optimización lógica 
para para ser ejecutados por nuestros equipos. Sin embargo, todo se ve 
genial y muy por encima del nivel de detalle y acabado de la mayoría de 
títulos estereoscópicos. Pero no solo eso, el juego se esfuerza por 
mostrar Ciudad 17 en su mayor esplendor, manteniendo un buen ritmo entre
 zonas interiores y flipantes exteriores que nos han dejado con la boca 
abierta. Una autentica pasada de recorrido donde hay cabida toda clase 
de exóticos escenarios, artificiales, derruidos, naturales, orgánicos…
  
    
 
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