Otro juego de golf donde la mecánica
consiste, nuevamente, en tensar y soltar en una dirección. Lo que le
diferencia del resto, es que no solo lanzaremos pelotas de golf, sino
toda clase de objetos y seres, de todas las posibles maneras
imaginables, en campos de golf de toda clase y dimensiones. Una
verdadera locura de la que no te puedes despegar hasta completar al cien
por cien. Lo considero uno de los mejores juegos del año por su
increíble inventiva a la hora de plantear variaciones de una misma
mecánica y hacerlo con un gran sentido del humor.
2º Telling Lies
El
creador de Her Story me ha demostrado con su nuevo juego que aún se
puede dar mucho de sí al buscador de videos de imagen real. Su trama de
activistas, agentes dobles y el FBI entremezclada con archivos de la
vida personal de los personajes consigue enganchar por muchas horas. Sin
duda es uno de los mejores juegos del año por el morbo, la tensión y el
cariño que genera observar a sus personajes y lo enormemente atrevido
que supone su carencia de linealidad en el desarrollo.
1º Sayonara Wild Hearts
Emocionante,
adictivo y audiovisualmente impactante. Una obra maestra de los
videojuegos rítmicos. Nos propone conducir a una super-heronia por
mundos lineales dominados por villanas que tendremos que derrotar en
surrealistas batallas, al ritmo de pegadizas melodías. Su genial banda
sonora, con temas synthpop que se dejan escuchar por si solos, y su
original diseño artístico que abusa de los rosas y los epilépticos
cambios de tono, terminan por completar un acabado irrepetible que deja
ensimismado al espectador. Lo considero el mejor juego del año por ser
capaz de emocionarme enormemente, sorprenderme constantemente,
deleitarme con su genial banda sonora y ofrecerme una historia emotiva
sin necesidad de largos diálogos o escenas artificiosas.