Como ya pasaba en el anterior juego, el gran acierto de Fallout
3, el VATS, ese punto de unión entre el juego de acción y el rol por
turnos, ve su utilidad mermada de nuevo, ya que por motivos obvios
siendo un juego online, perdemos la opción de pausar la acción cuando
apuntemos. Esto acaba dando ventaja al jugador hábil en juegos de
disparos ante el jugador más pausado, y de nuevo nos quita motivos para
invertir en el VATS como una manera útil de jugar.
El componente
que si ha visto una gran mejora y una clara puesta al dÃa es el módulo
de construcción de bases. Como colonos del Refugio 76, tendremos
disponible un GECKO que podremos colocar allá donde queramos, siempre y
cuando no haya otro GECKO cerca. En un radio de acción relativamente
amplio podremos construir de todo, siendo algo a la larga necesario si
pretendemos alimentar y dar de beber a nuestro personaje de manera
efectiva y sin depender de lo que encontremos en las ciudades arrasadas.
Eso sÃ... os reconozco que me da una rabia que me ataquen enemigos
cuando estoy en modo creación... es una derrota prácticamente asegurada,
entre que sales de los menús y te preparas para enfrentarte a un
jugador que ha tenido todo el tiempo del mundo para apuntarte a la
cabeza.
Una experiencia divertida con amigos... cuando funciona
Entonces,
queda claro que Fallout 76 no es una experiencia especialmente
atractiva para los jugadores solitarios, o quienes esperen una gran
historia del tÃtulo. Por lo que una vez asumamos esto, empezaremos a
valorar al tÃtulo por lo único que tiene que lo hace diferente, su modo
multijugador. Bethesda en esta ocasión ha implementado una forma curiosa
de "MMO", en el que cuando juguemos, nos conectaremos a un mundo
diferente cada vez. En estos mundos no habrá demasiada gente, ya que en
mi experiencia nunca he entrado en un mundo que tuviera más de 30
jugadores conectados. La posición de estos jugadores será siempre
conocida y compartida en el mapa del tÃtulo, pudiendo también añadir
amigos a nuestra lista o crear grupos con los que ir a hacer algo.
El
primer problema con el sistema de juego online nos lo encontraremos tan
pronto como salgamos del mundo, ya que la probabilidad de volver a
encontrarnos con la misma gente la próxima vez que nos conectemos tiende
a cero. De esta manera, más nos vale agregar a la gente que conozcamos
por su gamertag o por su cuenta, ya que si no, olvidaos de volver a
verlos... incluso si tardamos sólo 5 minutos en volver a entrar al
mundo. Lo cual, lamentablemente, será demasiado a menudo, gracias a las
caÃdas continuas de servidores que sufre el juego.
Por lo demás,
el juego no está mal, si bien el tÃtulo no aporta nada realmente nuevo
en cuestión multijugador. Es agradable jugar con un amigo a construir un
asentamiento, pero no tendremos tantas posibilidades como, digamos, en
un tÃtulo como Minecraft. Appalachia es lo suficientemente grande como
para darnos para decenas de horas de exploración... hasta que nos
encontremos con un jugador que decida matarnos, algo demasiado habitual
pese a la reducción de daño que se aplica cuando jugamos en modo
pacifista. Y si las misiones principales ya nos aburren, al menos, el
juego implementa una especie de eventos abiertos a todos los jugadores
en los que tener una excusa para juntarnos con el resto de gente a
jugar, si bien la variedad de estas misiones es bastante limitada. Si os
contara la cantidad de veces que los robots se han vuelto locos y ha
habido que matarlos...
|
|
|