Los combates siguen los patrones de los combates por turnos
propios de algunos RPG, pero con un toque propio que le añaden dinamismo
y fluidez a los mismos. Durante los combates podremos escoger entre
cualquiera de nuestros acompañantes, teniendo cada uno sus propias
características. Durante los mismos, controlaremos a Igniculus en tiempo
real y nos ayudará cegando a los enemigos, curarnos o recoger sueños
esparcidos por el escenario que nos recuperarán maná, vida o fuerza del
brillo de Igniculus.

Otras tareas podremos realizar
independientes al hilo principal de la historia en forma de misiones
secundarias. Aunque hay que decir que serán más bien escasas, nos
servirán para conocer más a fondo algunos personajes y conseguir objetos
que nos ayudarán durante nuestro camino.
Esto y mucho más nos espera mientras disfrutamos de Child of Light.
De las rimas y el verso, al lienzo
No
sólo la historia, su forma de narrarla o las místicas criaturas de
Lemuria parecen sacadas de un libro. El estilo gráfico del juego es más
propio de un lienzo, que de un videojuego. Es algo que se ha perdido en
gran parte en la industria, esa magia que desprendían antaño (y no tan
antaño) algunos videojuegos. Entre tanto musculitos ciclado, entre tanto
disparo y tanta sangre, entre tanto intento de fotorrealismo, Child of
Light deslumbra con su brillo.
El juego es un cuadro viviente
(¿os acordáis de los cuadros de Harry Potter?). Su estilo “acuarelado”
rezuma ese mimo por tu trabajo y una gran personalidad propia alejada
totalmente de la gran mayoría de las producciones que parecen salidas de
la misma factoría, sin un fin, sin alma, sin ser capaces de transmitir
nada al jugador.
Este estilo está genialmente recreado gracias al
trabajo de los diseñadores/dibujantes y gracias también al motor
UbiArt, usado con anterioridad en Rayman Legends, por poner un ejemplo.

La
música será una compañera más durante nuestro viaje. La armoniosa banda
sonora creada por la pianista Coeur de Pirate en colaboración con otros
artistas para la ocasión, sienta como un anillo al dedo al conjunto
general del juego. Al igual que la narrativa o el estilo artístico es de
una altísima calidad y mimada hasta el más insignificante detalle.
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