Musicalmente el juego se aleja de las clásicas melodías de las
sagas de Mario para crear su propio estilo. Desde las melodías clásicas
de series de detectives de los años 70 del bosque hasta los raspeos de
guitarra española de los Shy Guy mexicanos, el juego exuda un ritmo
propio, creando su propia atmósfera. Quizás no sean todo lo pegadizas
que deberían, pero la calidad de las notas destaca en su conjunto.

Por
último nos gustaría hacer una mención especial al uso que se hace del
sensor de movimiento. Aunque jugablemente no tiene ninguna aplicación,
el juego guarda pequeños detalles que hacen que ciertos elementos
reaccionen a los meneillos de la consola. El más destacado es el
movimiento de los hologramas de las pegatinas, que se moverán con
realismo dependiendo del ángulo de visión. Queda de vuestra mano
encontrar más curiosidades de este mismo estilo.
¡Se quitan y se ponen!
Volvemos
a incidir en ello: Paper Mario Sticker Star es una versión en miniatura
de los juegos grandes de la saga. Esto le ha obligado a abandonar el
género del RPG para convertirse en una aventura con combates por turnos
en la que cada nivel tiene un principio y un final, como en los juegos
de plataformas de Mario. Sólo que tampoco es un plataformas, aunque
habrá que saltar y medir algún que otro salto. El único elemento
ligeramente relacionado con los RPG es la capacidad de aumentar nuestra
barra de energía con potenciadores que hay repartidos por los
escenarios. Nada más. Tanto el aumento de la potencia de ataque como la
mejora de la defensa queda supeditado a la recolección de pegatinas
(cuanto más brillen, más poderosas) y monedas (vitales en los combates).
Y tanto unas como otras quedan únicamente ligadas a los combates y a la
resolución de puzles.
¿Lo convierte esto en un engendro que
nunca debió ver la luz del sol? Ni mucho menos. Que Intelligent Systems
haya decidido comprimir (bajo la “sugerencia” de Miyamoto) la esencia de
los Paper Mario a un mundo de papel y combates por tunos no significa
que hayan perdido su savoir faire. Han cogido los elementos clave de la
saga y le han añadido pegatinas. Estos adhesivos serán la llave para
todo y están repartidas por todos los lugares. Junto con las monedas,
suponen la práctica totalidad del sistema jugable de esta entrega. Cada
pegatina será de un solo uso, por lo que debemos dosificarlas y estar
muy seguros de que las queremos usar, utilizando cada pegatina con el
enemigo que mejor le convenga y teniendo la convicción de que no
usaremos más de las necesarias. En anteriores entregas sólo los ataques
más poderosos eran limitados. Ahora tendremos contados hasta los saltos
que podremos dar sobre el enemigo, llevando la estrategia a un nivel
diferente. Por lo demás, el sistema de combates es prácticamente igual,
pudiendo realizar más de un golpe si pulsamos el botón A en el momento
adecuado o defendernos del contrario si lo pulsamos justo cuando nos
ataca.

Los poderes de Tina, nuestra compañera, también nos
ofrecerán habilidades importantes. Dentro de las batallas podremos
gastar nuestras monedas en una máquina tragaperras que nos ofrece la
posibilidad de realizar más de un ataque (2 ó 3) en un mismo turno, lo
que aumenta el toque estratégico de las batallas, permitiéndonos
enfrentarnos a grupos numerosos de enemigos. Fuera de las batallas la
corona plateada que nos acompaña nos dejará Papelizar el juego. Con esta
herramienta la pantalla se convierte en una postal en la que podremos
pegar nuestros adhesivos o arrancar partes del escenario. Todo esto será
vital y clave en el avance del juego, ya que será como se resolverán
buena parte de los puzles de la aventura.
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