Lo bueno se acabó, se pasó el tiempo de una forma fugaz. Salimos del estadio y al llegar a casa un servidor tenía ganas de más, por ello me acerqué a la estantería, me aproximé a la letra “M” y cogí el videojuego Monster Jam. Lo puse en la consola y ahí estuve durante bastante tiempo disfrutando del show, sólo que esta vez yo era el piloto, aunque solo fuera de forma virtual. Ya estamos deseando que regresen nuevamente y si sigue siendo organizado por Last Lap será un rotundo éxito.