por +-GualiCho-+ » 02-02-2004 18:12
Capítulo II: La sombra del pasado
Gandalf se acercó al recibidor donde ahora descansaba el armario de su amigo para arrimarlo a una pared, pero en el momento en que se disponía a tocarlo vio algo que lo estremeció. Fue peor que lo que acababa de ver con la Conga, incluso peor que ver a Aramís Fuster en bañador. Fue como un fogonazo, pero ahí estaba. Un enorme ojo rojo, pero no a causa de conjuntivitis, que parecía expandirse sobre toda clase de luz, absorbiéndola inexorablemente hacia él (vaya, me parece que me ha quedado una parrafada literaria total, ¿no?). Visto aquello prefirió no tocar el armario, por lo que pudiera ocurrir. Las siguientes 3 horas las pasó sentado en un rincón oscuro del salón de la casa de Bilbo, sumido en sus pensamientos y fumando en pipa. Lo que estaba fumando ya no queda tan claro, pero tenía que ser lo bastante fuerte como para tenerlo en babia durante tantísimo tiempo.
Gandalf: (Pensando) Mmmmm... me comería ahora mismo un chuletón de ese hipopótamo rosa que está bailando la Macarena en lo alto del escritorio... No sé por qué, pero empiezo a pensar que esta hierba para pipa que me dio Frodo de su cosecha privada está adulterada con otras cosas. Vamos, Gandalf, céntrate. Debes pensar en el armario. Eso que has visto es preocupante... ¿Y si resulta que al final este es ese Armario...? Pero tal vez no lo sea... Una cosa está clara, no le voy a poner la mano encima. Necesitaría que viniera algún pringado al que endiñarle la carga.
En ese momento Frodo aparecía por la puerta llamando a su tío. No había llegado antes porque hacía 10 escasos minutos que se había recuperado de su último coma etílico por las cervezas de la fiesta.
Frodo: ¡Eh, Bilbo! No te lo vas a creer. Me han robado la cartera mientras dorm... - ¡¡¡CRONCH!!! - ¡Aaaaaay, mi nariz! ¿Quién ha sido el idiota que ha dejado el armario apalancado delante de la puerta?
En ese instante Gandalf vio que sus plegarias habían sido oídas. Podría comprobar la procedencia del armario, y de propina, si se confirmaban sus temores, incluso podría llegar a deshacerse de Frodo.
Frodo: ¡Bilbo! Se ha ido, ¿verdad Gandalf? Llevaba tiempo advirtiendo... que me iba a mandar a un correccional. Bueno, mejor que se haya ido él que yo, jejeje.
Gandalf: Así es, se ha ido a un asilo en Rivendell. Te ha dejado todas sus cosas... y su armario.
Frodo: Sí, sí, pero me ha dejado también la pasta, ¿no? Uuuf, me viene de maravilla para arreglar ciertos asuntillos pendientes.
Gandalf: Sí, pero antes de eso deberíamos considerar algunas dudas que me surgen sobre el armario.
Frodo: Bueno. Mientras no nos lleve mucho rato... es que en la fiesta quedé con unas titis estupendas y deben estar al caer. Así que tú dirás...
Gandalf: Bien, pues según el guión ahora deberíamos tirar el armario al fuego, pero como tú comprenderás esto no cabe en el hueco de la chimenea. Así que tengo un plan B.
En ese momento Gandalf sacó de sus rosadas vestiduras una especie de linterna fluorescente, pero que emitía una luz violeta y empezó a pasarla sobre la superficie del armario.
Frodo: ¿Qué estás haciendo?
Gandalf: Busco unas escrituras que puedan corroborar lo que me temo. Estoy usando una lámpara de luz ultravioleta que me han dejado Grissom y Warrick de CSI. Se la tengo que devolver antes del lunes, que tienen otro episodio.
Frodo: ¡Qué chulo! Déjame probar a mí.
Mientras Gandalf daba unos pasos alejándose del armario, Frodo abrió las puertas y empezó a mirar por dentro.
Gandalf: (Con preocupación) ¿Qué ves?
Frodo: Nada.
El mago suspiró aliviado durante unos segundos hasta que la voz del hobbit le interrumpió.
Frodo: ¡Espera! Veo... unas letras. Creo que es una especie de escritura, como un mensaje. Puedo leerlas, pero no las entiendo...
Aserejé ja dejé
Dejebe tu dejebede sebiunoubua
Majabi ande bugui an de buididipí
¿Qué es? No puedo entenderlo.
Gandalf: Pocos pueden. Eso es la lengua de Mordor.
Frodo: ¡Mordor! - exclamó con expresión asustada, aunque en realidad se empezaba a interesar por el tema, ya que pensaba que por fin iba a llegar algo de acción a este asqueroso pueblucho perdido en el mapa, donde lo más emocionante que ocurría era el parto de una cabra.
Gandalf: En la lengua común dice tal que así:
Un Armario para travestirlos a todos.
Un Armario para maquillarlos,
Un Armario para atraerlos a todos
Y atarlos en el Torero Torero
Como yo me temía – prosiguió el hechicero- este es el Armario Único construido por Marsauron en la Carpintería del Pepino, en Mordor. Lo más grave es que probablemente sepa que está aquí, en La Comarca y quiera venir a recuperarlo.
Frodo: ¿Pero cómo puede saberlo?
Gandalf: (Exasperado) ¡Y yo qué sé! Mira, si de verdad quieres protagonizar esta historia Marsauron va a tener que saber que el Armario está aquí y tú vas a tener que salir por patas, ¿vale? No sé... supongo que para arreglar esta laguna podríamos decir que Gollum se lo dijo, y por eso lo sabe.
Frodo: ¡Gollum! ¡Ese asqueroso hippie! Como lo pille... Espera... ¿y yo por qué me tengo que ir de aquí? Llévatelo tú.
Gandalf: ¡NO! No me lo ofrezcas. No quiero ni tocarlo. En mis manos se desataría un poder inigualable. Ya viste lo que le pasó a Bilbo en la fiesta (si es que no estabas ya durmiéndola). A mí eso no me hace falta. Imagínate las cosas horribles que vería el mundo si mi poder se viera acrecentado por el Armario.
Frodo: (Metido en un rincón, tapándose la cara con las manos y llorando) ¡Qué horrible! ¡Qué atroz! ¡No quiero verlo!
Gandalf: Por eso mismo tienes que llevártelo. Vete a Bree, al Poney Rebuznador y espérame allí, que iremos juntos a Rivendell a ver que nos aconsejan los elfos. Lo más importante ahora es sacarlo de aquí. Así que hala, lía un petate y sal de aquí pronto.
Frodo: ¿Y si llamamos a la grúa para que lo lleve directamente?
Gandalf: No, tú eres el portador del Armario y ningún otro puede llevarlo. (Pensando: jejejeje, a ver si llevando eso en tu espalda te centras un poco y dejas de hacer el burro, niñato).
Frodo: ¿Y tú qué harás mientras?
Gandalf: Estooooo... pues iré a ver a Saruman, que es mi superior a ver que me aconseja. (Pensando: en eso echaré solo un día, luego vendré aquí y me pegaré la vida padre teniendo la casa vacía para mí hasta que me dé por ahí y tire para Bree, jejejejejejeje).
En ese momento escucharon un ruido de cristales rotos. Era Samsagaz Ganso, el jardinero, que estaba en la puerta escuchando todo y se le acababa de caer la botella de champagne que llevaba de la impresión de oír tantas cosas prodigiosas.
Frodo: ¡Sam! ¿Y las titis?
Sam: Oh, bueno... se tuvieron que ir – mintió Sam, que en realidad les había dado largas porque tenía la idea de intentar ligarse a Frodo en la fiesta... Pero señor Frodo, va a hacer un viaje muy peligroso y no puedo consentir que vaya solo. ¿Y si le ocurre algo?
Gandalf: Veeeeeenga, vaaaale. Puedes ir tú también. Pero ya sabéis, id prestos a Bree que allí nos veremos. “Tu camino discurre por sendero diferente al mío. La Fuerza estará contigo... siempreâ€