Disolver un matrimonio es más difícil que disolver un pedazo de fierro en agua caliente. El matrimonio es el primer antojo de la mujer, antes de hacer su encargo a Paris. Y como el hombre ignora que casarse es como tirarse de cabeza en una piscina, sin saber si tiene agua o no, cambia prejuicios por perjuicios y se avienta en elegante palomita hasta que se da de hocico a los pies de su madre política. Porque perpetrar un enlace consiste en unirse para siempre a una cosa que tiene mamá o sea el máximo común divisor entre dos quebrados que quieren multiplicarse.
-Pero, cómo ¿no me dijiste que tu suegra era dulce?
-Dulce, no dije, sino diabética.
Entre el hombre y la mujer hay puntos de vista diametralmente opuestos con respecto del matrimonio. La mujer contrae enlace, el hombre contrae ensarte. Para la mujer, el matrimonio consiste en la unión de dos personas que le dan gusto a una de ellas. En cambio, para el hombre, matrimonio es el camino más corto entre un “puntoâ€