Es por una pelea comercial. Otra firma dice que usó tecnología que no le pertenecía.
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NUEVA YORK. EFE
Por violar la ley de patentes, un tribunal federal de California ordenó ayer a la multinacional Sony que suspenda las ventas en los Estados Unidos de sus consolas playstation y pague 90,7 millones de dólares a una pequeña empresa californiana. La decisión fue tomada tres días después de que Sony lanzara su estrella de la temporada, la portátil PSP.
El proceso comenzó en 2002, tras una denuncia presentada por la empresa de tecnología digital Inmersion Corporation en un juzgado de Oakland, en la que acusaba a Sony Computer Entertainment de haberse apropiado de algunos de sus derechos sobre patentes de software. Según Immersion, Sony utilizó su tecnología, que permite a un controlador del juego vibrar en sincronía con las acciones de los juegos.
La decisión judicial confirma un fallo emitido en 2004 por un tribunal de California, que ordenó a Sony pagar 82 millones de dólares; el monto subió a 90,7 millones debido a los intereses.
La compañía nipona ya anunció que apelará el fallo. Hasta que la resolución no quede firme podrá continuar vendiendo la consola PSP y los 47 videojuegos afectados por la decisión judicial. Entretanto, dijo en un comunicado, pagará una licencia en forma compulsiva a Inmersion.
No obstante, según algunos expertos, la sentencia pone incertidumbre sobre el futuro a mediano plazo de Sony, sobre todo porque la PSP se había vuelto decisivo a la hora de cumplir sus previsiones de ganancias. De hecho, las dudas ya están sobrevolando los mercados financieros: las acciones de Sony cayeron ayer casi un 1% en la Bolsa de Tokio.
Los videojuegos han sido el principal impulsor de las ganancias de Sony en los últimos años. Entre octubre y diciembre pasado representaron el 44% del beneficio operativo del grupo, lo que compensó la disminución de ingresos en su división de productos electrónicos.
La decisión judicial se ha convertido en el primer reto para el nuevo presidente de Sony, el estadounidense Howard Stringer, el primero en toda la historia de la multinacional que no llegó de Japón. Además, el fallo puede significar un freno para Sony en su carrera contra la XBox de Microsoft por el control del mercado de consolas de videojuegos; un negocio de gran incidencia en la compañía de Bill Gates.
Las esperanzas de Sony están puestas en el nuevo chiche, la portátil PSP, de la que la empresa espera vender un millón de unidades en unos pocos días. La nueva consola es una auténtica plataforma multimedia capaz no sólo de proporcionar juegos de alta calidad, sino también de reproducir películas, fotografías y música en un aparato de bolsillo.
En lo que ya se ha convertido en una tradición en el mundo de los videojuegos, decenas de comercios en Estados Unidos abrieron sus puertas en la madrugada del jueves pasado para permitir a los más desesperados comprar lo antes posible la PSP, que se vende a 250 dólares.
FUENTE: Diario Clarín / www.clarin.com