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Científicos estadounidenses han logrado revivir a perros tras tres horas de muerte clínica, allanando el camino para ensayos con humanos dentro de unos años.
Intentando desarrollar la animación suspendida para humanos, los científicos han creado espeluznantes perros zombis, reanimando a los cánidos después de varias horas de muerte clínica.
Científicos estadounidenses han logrado revivir a perros tras tres horas de muerte clínica, allanando el camino para ensayos con humanos dentro de unos años.
El Centro Safar para la Investigación en Resucitación ha desarrollado una técnica que implica el drenaje sanguíneo de las venas del sujeto, que luego son rellenadas con una solución salina casi helada.
Experimento en EE.UU.: matan y resucitan perros
Científicos de Pittsburgh inducen la muerte clínica en los animales usando una solución salina helada y los resucitan tres horas después
(InfoBAE) La técnica podría ser útil para curar a soldados o víctimas de incidentes. Pero ya hay polémica por sus implicancias éticas y morales.
Se induce la muerte clínica en los seres vivientes para ver si es posible devolverlos a la vida, transformando el sueño eterno en un viaje con retorno.
El increíble experimento es conducido por algunos científicos de la Universidad de Pittsburgh, que resucitaron un grupo de perros, luego de haber verificado por tres horas la desaparición de señales vitales en su cuerpo.
Parece un escenario inverosímil, digno del filme "Línea Mortal", con Kiefer Sutherland y Julia Roberts, esos góticos estudiantes de Medicina que se inducían a experimentar la propia muerte.
Sin embargo, los investigadores siguen estudiando los límites del experimento en el Safar Center for Resuscitation Research, fundado por Peter J. Safar, universalmente reconocido como el inventor de la respiración boca a boca y de la reanimación cardiopulmonar, un hombre que ha contribuido ciertamente a reportar la vida a personas que inexorablemente estaban a punto de ir al más allá. Pero la empresa de los secuaces de Safar parece ahora más extrema.
Los científicos de Pittsburgh tomaron un grupo de perros y sostienen que han sustituido la sangre con solución salina a 7°C. De este modo, inducen en los animales un estado de muerte aparente: no respiran, no tienen actividad cardíaca, ni tienen señales cerebrales.
Después de tres horas en estas condiciones, reponen la sangre en el cuerpo de los perros, estimulados con electroshock y oxígeno, para resucitar el corazón y los pulmones. Así, comienzan a vivir de nuevo, aparentemente sin ningún daño a los órganos vitales.
Los animales son considerados científicamente muertos, ya que la respiración se detiene y no existe actividad cardiaca o cerebral.
Pero tres horas más tarde, se les suministra de nuevo su sangre y los perros zombi retornan a la vida mediante una descarga eléctrica.
Según el Centro Safar, los planes para probar la técnica en humanos deberían realizarse dentro de un año.
Sin embargo, en lugar de poner a gente a dormir durante años y traerlos luego de regreso a la vida para que se beneficien de los adelantos médicos, los científicos militares estarían encantados si simplemente pudieran mantener a los sujetos en este estado durante unas pocas horas.
Solo esto, bastaría para salvar las vidas de los heridos y víctimas por armas punzantes o de fuego en el campo de batalla que hayan sufrido grandes pérdidas de sangre.
Durante el proceso, la sangre es remplazada con una solución salina a una temperatura unos pocos grados por encima de cero. La temperatura corporal de los perros baja hasta solo 7 ºC, en lugar de los habituales 37ºC, lo cual les induce a un estado de hipotermia previo a la muerte.
Aunque los animales están clínicamente muertos, sus tejidos y órganos se encuentran perfectamente preservados.
Los tejidos y vasos sanguíneos dañados pueden entonces repararse mediante cirugía. Los perros retornan a la vida devolviendo la sangre a sus cuerpos, dándoles oxígeno al 100 por cien y aplicando descargas eléctricas para reiniciar su actividad cardiaca.
Las pruebas demuestran que son perfectamente normales, sin daños cerebrales.
“Los resultados son asombrosos. Creo que en 10 años estaremos en condiciones de prevenir la muerte de un cierto segmento de personas a las que se aplique esta tecnologíaâ€