Ayuda "Grim Fandango"

Charla genérica y libre sobre cualquier tema relacionado con el mundillo de los videojuegos, consolas, PCs, Móviles...

Ayuda "Grim Fandango"

Notapor NepT1 » 23-06-2006 09:10

Estoy jugando con la reedicion de Grim fandango y bueno... Segun las guias que hay en internet, en el segundo año del juego, despues de hablar con el capitan velasco, el que pide el carnet del sindicato y otras cosas, aparece una plaza con 4 direcciones, cada una lleva a un lugar, el Club Casket, el puerto, el faro... etc... por mucho que busco no encuentro el camino que me lleva de regreso al café Calavera, como mucho e logrado ir a la tienda de tatuajes y al felinódromo
En la variedad esta la solución
[img]http://nept1.myftp.org/diarias/imagen.gif[/img]
Avatar de Usuario
NepT1
Casual
Casual
 
Mensajes: 447
Registrado: 16-03-2003 08:00
Cash on hand: 0.00
Ubicación: Silent Hill

Notapor Myohmy » 23-06-2006 10:35

[color=indigo]Vale... llevo sin jugar mucho tiempo, tengo el original y no me va con el Win XP... aquí te pongo una guía llena de spoilers, ok? Avisado quedas, espero que te sirva:[/color]


[b][color=darkblue]EL PRIMER DESENGAÑO
Raudo y veloz, salió de su oficina tras recoger su inseparable baraja de naipes. Corrió al garaje, pero no encontró a su conductor. Glottis, un demonio creado en exclusiva para ser el mecánico del Departamento, le informó de que Dómino había mandado a casa a su chófer. Otra nueva jugarreta de su archienemigo le iba a hacer perder un buen cliente. Desesperado, pidió a Glottis que fuese su conductor. Se le presentaban dos problemas: primero, Glottis se sentía demasiado grande para aceptar. Y, segundo, antes necesitaba hacer unas modificaciones en el vehículo, para lo cual debía obtener un permiso del jefe, Don Copal.
El primer inconveniente fue sencillo de resolver. Manny le dijo a Glottis que él no era demasiado grande, sino que los coches eran demasiado pequeños. En cuanto al permiso, corrió a entregárselo a Eva, pero Don Copal no quería ver a nadie.
Manny salió a dar una vuelta por los alrededores del edificio, para desterrar de su mente las mil formas de asesinato ­si es que se puede matar a un muerto­ destinadas a hacer pagar a Dómino su juego sucio.
En el callejón lateral del rascacielos, cerca del desfile, Calavera encontró una cuerda hecha con corbatas. Sin otra cosa mejor que hacer, escaló hasta el piso superior y descubrió, a través del cristal, el despacho vacío de su jefe. Entonces, ¿cómo había contestado a la llamada?
El misterio se resolvió enseguida. Tras deslizarse por la ventana, observó el ordenador. Estaba conectado al intercomunicador, para pronunciar una serie de frases grabadas. El resto fue fácil: seleccionó la orden: "¡Eva por Dios! Fírmalo tú, ¿vale?", y le entregó el pase a la secretaria. Con el permiso en regla, Glottis transformó el coche fúnebre en un espectacular bólido, y juntos salieron disparados hacia la Tierra de los Vivos.
En el lugar del envenenamiento sólo quedaba un pan gigantesco, que Calavera abrió con su inseparable guadaña plegable. De su interior salió Bruno Martínez, un enano con bastante mala leche. Para colmo de males, sólo merecía como premio un cajón de madera de pino. Mientras Manny lo rellenaba con espuma de embalaje, pues no disponía de un ataúd más pequeño, apareció Don y le amenazó con despedirle, si no encontraba un cliente decente antes del siguiente informe. El despido, en el País de los Muertos, significaba la condenación eterna...

MANNY PASA A LA ACCIÓN
Los mejores destinos, y por qué siempre se le adelantaba. Las conversaciones con la secretaria y el propio Dómino no le sirvieron de mucho. Todo lo contrario que la charla con Juan Brennis, el chapuzas de la empresa. Brennis estaba enfadado porque algún gracioso se divertía taponando el tubo de los mensajes con botellas de cerveza. Esto le dio una idea. Si conseguía interceptar alguno de los mensajes de Dómino, quizás podría acudir a la cita con el cliente antes que él.
Primero tenía que encontrar la forma de taponar el tubo. Podía utilizar la espuma de embalar, pero necesitaba algún envase para introducirla por la tubería.
Meditando sobre el tema, salió a contemplar al desfile y se apropió de dos barras de pan. Allí cerca, un payaso hacía muñequitos con globos. Tras mucho insistir, consiguió un gato, un dingo y dos gusanos muertos, vulgos globos desinflados.
Dibujando una sonrisa malévola en su rostro, llenó cada uno de ellos con los compuestos químicos. Al reaccionar, formarían la espuma que atascaría la máquina. Dicho y hecho: metió los globos en el tubo de su oficina; a los pocos segundos, el sistema de mensajería quedó totalmente colapsado.
Manny bajó hasta el sótano donde estaba la maquinaria. Recogió un extintor, y encontró a Brennis intentando arreglarla. El manitas le prohibió usar el extintor cerca de la espuma, pues contenía magnesio y podía provocar una explosión. Además, no le permitió trastear con los tubos. No tuvo más remedio que correr el cerrojo de la puerta para que, cuando Brennis la cerrara, éste quedase trabado, pudiendo así acceder al interior.
Sólo le faltaba apropiarse de un mensaje de Dómino. El tubo era hermético, salvo por una pequeña ranura situada en un extremo. Introdujo una carta de la baraja y consiguió detener uno de los mensajes, pero la presión del aire lo liberaba a los pocos segundos. Tuvo que hacer unos agujeros en la carta -la perforadora de Eva fue de gran ayuda- para poder leer la ansiada nota.
Esta vez había dado en el clavo: Mercedes Colomar, una cuidadora de niños desahuciados, acababa de fallecer por varicela. Manny corrió al lugar de los hechos, y consiguió llegar antes que Dómino. Ya se estaba frotando las manos delante del ordenador, cuando descu- brió con desesperación cómo Mercedes no iba a recibir ninguna gratificación.
Aquello no tenía sentido. La vida de Mercedes había sido casi ascética, pero no parecía merecer ni tan siquiera el bastón de Celso. Por si fuera poco, el jefe acababa de enterarse del asunto de los tubos. Irritado, confesó que los mejores clientes iban a parar siempre a Dómino, pues ellos se quedaban con los billetes. Héctor Lemans, el mandamás, los vendía a los villanos, cuyas malas acciones no les otorgaba ningún privilegio en el Reino de los Muertos.
Manny se encontraba encerrado en el garaje, a punto de ser "brotado", mientras Merche Colomar vagaba injustamente por el Bosque Petrificado.

VIVA LA REVOLUCIÓN
Manuel Calavera nunca había visto "brotar" a nadie, pero suponía que debía tratarse de una experiencia bastante dolorosa. En aquel mundo despiadado, los maleantes iban armados con una pistola que lanzaba una extraña sustancia, la esproutella, capaz de transformar los huesos en abono instantáneo y convertir el cuerpo en un macabro ramo de tiernas florecitas.
Como no estaba dispuesto a incrementar la flora del lugar, Manny intentó escapar de allí. El guardia no atendió a sus súplicas, hasta que confesó abiertamente su intención de luchar contra la corrupción del Departamento. Salvador Limones era, en realidad, el jefe de un grupo revolucionario llamado Alianza de las Armas Perdidas.
Sin saber muy bien cómo, tras utilizar un ascensor secreto, Manny se encontró en el cuartel general de la organización. De momento, el grupo no era muy numeroso. Sólo estaba formado por Salvador y Eva, la secretaria. Pese a que Manuel no quería meterse en problemas, no le quedó más remedio que echarles una mano.
Para establecer las comunicaciones con las futuras guerrillas instaladas en distintos puntos del país, Salvador necesitaba algunos huevos de palomas mensajeras. Igualmente, Eva requería los dientes de Manny, pues el Departamento los utilizaba como contraseña para poder acceder a los ordenadores.
El asunto de los huevos parecía fácil, si conseguía llegar hasta la cima del rascacielos. Salió al callejón y escaló la cuerda hecha con corbatas. Se introdujo en la oficina de Dómino a través de la ventana y robó una estatua de coral y una boquilla, golpeando varias veces el aparato de boxeo. Con la estatua y el trozo de cuerda sobrante improvisó un garfio, gracias al cual accedió a la escalerilla que llevaba hasta la cima del edificio.
Los huevos de paloma reposaban en una de las chimeneas, pero sus padres no estaban dispuestos a darlos en adopción. Intentó distraerlos desmenuzando una barra de pan en una especie de cuenco. No dio resultado. Volvió a insistir con la comida, aunque esta vez la mezcló con uno de los globos hinchados, lo que provocó una pequeña explosión que ahuyentó a las aves. Con los huevos en su poder, se dispuso a buscar un sustituto de sus dientes.
En sus horas de encierro en el garaje, tuvo tiempo para jugar con una extraña máquina expendedora de una sustancia llamada Fil-a-dent. Meditando sobre su significado (fill a dent=rellenar un diente), llenó la boquilla con la masa pegajosa y se la introdujo en la boca. Así obtuvo un molde perfecto. Salvador y Eva estaban muy agradecidos. Libre de toda atadura, el jefe revolucionario le condujo por un túnel secreto hasta el Bosque Petrificado. Si quería salvar su alma, tendría que viajar hasta Rubacava, y comprar un billete para el barco que lo llevaría hacia la libertad. En el puerto también podría esperar a Merche, perdida en algún lugar del País de los Muertos.

EL BOSQUE SIN VIDA
La sabia de los árboles ahora petrificados se utilizaba para construir los rascacielos de la gran ciudad. Por eso había sido bautizada con el nombre de El Tuétano. En el borde de la arboleda Manuel encontró a su amigo Glottis, despedido por culpa del permiso falso del jefe Copal. Glottis estaba desesperado. El único fin de su existencia era arreglar cosas, y ahora no tenía ningún trabajo. En un momento de excitación, se arrancó el corazón y lo lanzó con fuerza hacia el centro del bosque, donde fue atrapado por las arañas voladoras. Manny sólo disponía de unos minutos antes de que Glottis dejase de respirar.
Corrió a recuperarlo, pero estaba atrapado en una telaraña. Para no quedarse pegado, cogió cuatro huesos del montón y pegó uno de ellos en la red. Con ayuda de su guadaña, catapultó el corazón hacia la explanada del bosque.
Lo introdujo en el orificio adecuado, y Glottis volvió a la vida. Ahora podrían salir del bosque montados en el coche fúnebre. Al menos, eso era lo que pensaban. Tan sólo existían tres caminos. Uno de ellos llevaba hasta una extraña máquina bombeadora. Otro tenía demasiados baches para el coche, y el último desembocaba en un laberinto de salidas, ninguna de las cuales permitía escapar del bosque.
Manny cogió la señal de tráfico y la plantó en medio de la explanada de las múltiples salidas. La señal parecía apuntar hacia un lugar en concreto. Repitió la operación varias veces, clavándola en la dirección indicada, hasta que activó un túnel secreto. Por desgracia, el camino moría en un nuevo sendero intransitable.
Glottis necesitaba unos amortiguadores para el automóvil. Quizás, podrían utilizar las bombas de la máquina en su lugar. Sin tan sólo supieran cómo soltarlas...
Examinando la planta de extracción, se dieron cuenta de que podían derribar el árbol si lo balanceaban adecuadamente. Para ello, las dos bombas de cada uno de los lados debían bombear a la vez. Puso encima de la manguera situada más a la derecha la carretilla llena de piedras, y observó como una de las bombas se detenía. Al parecer, cada manguera controlaba una bomba. El truco consistía en calcular la velocidad de la máquina para quitar la carretilla en el momento en que la bomba del mismo lado de aquella que estaba parada, se activaba. De esta manera, ambas funcionarían a la vez. Repitió el proceso con los tubos del otro lado, pero el árbol no quiso caer. Manny detuvo la máquina, mientras Glottis subía hasta arriba para colocar una piedra y aumentar el balanceo. Cuando el enorme demonio alcanzó el punto más alto, Calavera activó la palanca: Glottis salió despedido por los aires, con un par de amortiguadores en ambas manos.
Ahora ya podrían transitar por aquellos caminos de cabra...
A través del túnel secreto llegaron al borde del bosque. Manny recogió la llave del cartel y traspasó la puerta que llevaba al río de alquitrán. Allí comprobó horrorizado cómo unos castores demonio, envueltos en llamas, habían construido un dique con las calaveras de miles de infortunados esqueletos.
Glottis se negaba a cruzar el macabro puente. Manny tuvo que dirigirse a la parte izquierda de la orilla, y lanzar un hueso al agua. Apretó con fuerza el extintor, mientras un castor saltaba hacia él. Repitió el proceso con los tres demonios, hasta despejar el camino. Gracias a la llave pudieron atravesar la última verja. Rubacava, la ciudad portuaria, los estaba esperando.
En el deprimente restaurante del lugar, Calavera encontró a Celso, trabajando de camarero. Su mujer acaba de fallecer, y estaba esperándola. Le entregó una foto. Manny quería hacer lo mismo con Merche, pero no sabía cuanto iba a tardar. Necesitaba un trabajo.
Envuelto en la niebla, el puerto era un lugar peligroso. Manuel hubiese muerto ahogado si el capitán Velasco no le hubiese rescatado de la tremenda caída al mar. Al entregarle la foto de Celso, le confirmó como su mujer había embarcado en compañía de otro hombre, según había quedado marcado en el registro portuario. Calavera se lo entregó a Celso, y así heredó su trabajo. Al menos, podría ganarse la vida hasta la llegada de Merche...

RUVACABA
Había transcurrido un año desde que Manuel Calavera trabajaba en el puerto. Mercedes Colomar aún permanecía desaparecida.
Al menos, Manny no había perdido el tiempo. Ahora era el dueño del establecimiento, convertido en un floreciente casino.
En el bar de la clientela selecta, donde Glottis tocaba el piano, recogió una botella de licor "Marillo de Oro", famoso por sus partículas de oro puro mezcladas con la bebida. El casino era frecuentado por el jefe de policía, Bogen, pero también encontró allí a Charlie, un famoso falsificador. Éste le regaló una máquina para crear billetes de apuestas falsos, a cambio de sus deudas. Manny no era un tramposo, pero recogió el valioso objeto y salió a dar una vuelta. Ya en el puerto, contempló asombrado como el S.S. Lambada zarpaba hacia Puerto Zapato, con Merche y Dómino como pasajeros. Sin perder ni un segundo, saltó a la pasarela. Merche lo recibió con un botellazo. Tuvo que volver a ser recogido por Velasco.
¿Qué es lo que ocurría? ¿Por qué razón Merche estaba tan enfadada? ¿Qué hacía Dómino en el barco? El capitán Velasco disponía de algunas respuestas. Agotando todas las opciones del diálogo, descubrió como el Lambada era el único barco que llevaba a Puerto Zapato. Limbo, el carguero de Velasco, iba a pasar casualmente por allí, pero sólo disponía de una plaza vacante para Glottis, si es que éste se traía sus propias herramientas. Puesto que el marinero Naranja era el único que no había embarcado, Manny sólo podría sustituirle si éste sufría algún percance. Además, necesitaba un carnet del sindicato.
Manuel Calavera no había esperado todo un año para cerrar el asunto de esta manera. Decidió aceptar el reto.
En primer lugar, se dirigió al Blue Casket. Maximino, el mafioso local, estaba enamorado de Olivia. Manny llegó justo a tiempo para observar como Lola hacía una fotografía de la mujer besándose con Nick, el abogado de Max. Todo un culebrón de imprevisibles consecuencias.
Ya en el casino, Charlie le prometió un carnet falso, a cambio de una maleta de dinero que Max guardaba en su bodega. Para entrar en el local, le obsequió con una tarjeta VIP. Cuando salía hacia el felinódromo, Lupe, la recepcionista, le informó de que Lola había dejado un mensaje con una llave para él, pero alguien se lo había robado. Ya en los alrededores del recinto de apuestas, extendió un puente para entrar, pulsando una palanca, y accedió al club gracias a la tarjeta. En la cocina del lugar se hizo con un rostiza-pavos. Lo utilizó en la cocina del Blue Casket, llenándolo con chupito de ataúd, un verdadero narcótico, en el fregadero.
Al este del felinódromo se encontraba la tienda de tatuajes de Toto Santos. Allí estaba Naranja, preparándose para embarcar en el Limbo. Tenía que encontrar la forma de ocupar su puesto. Naranja bebía constantemente de una botella, pero no dejaba que Manny se acercase. Para distraerlos, el agente de viajes abrió la nevera y el cajón de las verduras. El chirrido de la puerta al cerrarse distrajo a ambos marineros el tiempo suficiente para vaciar el rostiza-pavos en la botella. Naranja cayó fulminado. Mientras Toto llamaba a Velasco, Calavera se hizo con su placa de identificación. El capitán estaba dispuesto a embarcar a Naranja aún borracho; tendría que "forzar la situación" un poco más.
En la morgue, Manny colocó la placa en un difunto anónimo. Si Membrillo, el enterrador, la encontraba, llamaría a Velasco comunicándole la muerte de Naranja, y así podría embarcar en su lugar. Por desgracia, Membrillo era medio ciego, así que sólo podría descubrir la placa con un detector de metales.
El ansiado instrumento estaba en posesión de Carla, la vigilante del dirigible. Manny bebió el licor "Marillo de Oro" y atravesó el detector de la escalera mecánica, antes de eruptar. Puesto que la botella contenía partículas de oro, se encendió la alarma y Manuel fue llevado a la sala de interrogatorios. Allí sólo tuvo que insistir a Carla por el detector para que ésta, cansada de oírle, lo tirara por la ventana.
Manny corrió a buscarlo al enorme cajón de arena del felinódromo. Lo cogió con ayuda de la guadaña, junto a un abrelatas cerca de las latas de comida.
Al ofrecérselo a Membrillo, éste certificó el fallecimiento de Naranja, dejando vacante su plaza en el barco.

LAS HERRAMIENTAS DE GLOTIS
Ahora ya podía embarcar. Pero necesitaba recuperar las herramientas de las Abejas de mar, las obreras del puerto.
En la oficina de su casino, Calavera guardaba varios mensajes de Salvador, recibidos gracias a las palomas mensajeras. Se los enseñó a los revolucionarios del Blue Casket, y éstos le entregaron el libro "Organización y sublevación obrera fácil". Terry, el capataz de las abejas, lo empleó para provocar una huelga. Así consiguió que dejasen las herramientas. Pero Terry, el único que podía entregárselas, había sido detenido por la policía y encerrado en la cárcel. Ahora tenía que encontrar un abogado para sacarle de allí.
Nick era el mejor abogado de la ciudad. En mitad de la conversación con él Manny observó como, de la pitillera, se le caía una llave que Nick guardó con gran rapidez. ¿Sería esa la llave del mensaje de Lupe? Manny amenazó a Nick con contar a Max su relación con Olivia, pero no disponía de pruebas. Muy enfadado, Nick se marchó a hablar con Max, olvidando su pitillera. La llave debía reposar en algún compartimento secreto.
Calavera tuvo una idea. Le entregó la pitillera a Carla, diciendo que era una bomba sospechosa. Carla la explosionó en el horno antibombas, obteniendo la ansiada llave del faro. Era demasiado tarde: apenas alcanzó a ver como Lola se convertía en un bello ramo de flores llevadas por el viento. Una tarjeta con la ilustración de una lengua y el número 22 era todo lo que quedó de ella. Nick iba a pagar por lo que había ocurrido.
Entregó la tarjeta a Lupe. Ésta le devolvió el abrigo de Lola. En su interior había un mensaje con el número 36 y tres palabras: el ancla oxidada.
Se trataba de un tatuaje de diseño. Toto consultó el dibujo en su libro y halló una fotografía: la "fotofinish" de una carrera de felinos. El asunto estaba claro. Lola había cambiado la foto de Nick y Olivia besándose por la "fotofinish" de la mencionada carrera. El empleado del felinódromo le informó de que, para ver la foto, necesitaba un boleto de apuestas de esa carrera en concreto. Manny disponía de la máquina falsificadora, pero no sabía a qué carrera correspondía la fotografía.
Escudriñándola más detenidamente, obtuvo todos los datos necesarios. En la foto aparecía la carrera número 6. Todos los apostantes llevaban un gorro de gato, así que era martes, el Día de la Gorra de Gatito, tal como anunciaba la megafonía. Igualmente, podía verse un dirigible con el mensaje "Cásate conmigo, Olivia". Manny recordó que dicho dirigible había explotado la segunda semana de carreras, así que sólo tuvo que introducir en la máquina falsificadora los datos "2", "Martes" y "6" para obtener el boleto. A cambio, el empleado le prestó la foto. Como suponía, se trataba del famoso beso comprometedor de Nick. Devolvió la verdadera "fotofinish" y corrió a chantajear al abogado. Éste sacó de la cárcel a Terry, el nuevo cabecilla de una huelga indefinida. Manny podría utilizar sus herramientas.

EL CARNET DEL SINDICATO
Sólo un pequeño pedazo de papel lo separaba del ansiado viaje en el Limbo. La maleta de Charlie estaba en el sótano del Club del felinódromo, pero hasta allí solo llegaban los barriles de vino vacíos. Manuel Calavera regaló el carnet de VIP a Glottis. Apostante y bebedor empedernido, pronto comenzó a vaciar los toneles. Por desgracia, Raoul, el camarero, se encargaba de reciclarlos de forma inmediata. En uno de sus viajes a la cocina, Manny encerró a Raoul en el armario, trabando la puerta con la guadaña. Después subió la escalera cercana al barril metálico, lo abrió con el abrelatas, y se introdujo dentro. A los pocos minutos estaba en la bodega del establecimiento. Por más que buscó la maleta, sólo encontró una máquina de transporte. Subió y bajó varias veces por el ascensor, divisando una abertura secreta en medio de los dos pisos, pero la verja no se podía abrir en mitad del trayecto. "Los problemas grandes exigen soluciones grandes", era una de las consignas de Manny; metió la máquina en el ascensor y, mientras subía, atravesó la verja con las aspas, en el momento que se divisaba la abertura. Después pulsó la palanca de la máquina para subir la reja, y acceder así al pasadizo secreto.
Al final del túnel esperaba el maletín repleto... ¡de billetes de tren Número 9! Charlie lo había engañado; seguramente trabajaba para Héctor Lemans. Nada pudo hacer al respecto: Charlie lo amenazó con una pistola, mientras huía con los billetes. A cambio del trabajo sucio, obtuvo el carnet del sindicato.
Todo estaba preparado para embarcar... salvo Glottis. No había manera de despegarle del salón de apuestas. Manny tuvo que trucar la ruleta de su casino, pulsando el botón del imán en el compartimento secreto de su despacho, justo antes de que la bola se detuviese, para que el jefe Bogen perdiese su dinero y, muy enfadado, cerrase todos los garitos de apuestas.
Con todo en regla, el Limbo zarpó rumbo a Puerto Zapato.

LA HUIDAD EL BARCO
La travesía del carguero duró un año. Fiel a su costumbre de escalar socialmente en cualquier ambiente donde se encontrara, Manuel se había convertido en el capitán. Justo antes de atracar en Puerto Zapato, los agentes de aduanas abordaron el barco. Calavera fue a recibirlos, confiado, cuando recibió un mensaje de Salvador. Los agentes eran sicarios de Héctor, con la misión de asesinarle. Además, Merche se había tirado por la borda del Lambada antes de llegar a Puerto Zapato, y ahora estaba en La Perla, un lugar mítico situado en las profundidades del mar.
Glottis le salvó de ser "brotado" segundos antes de quedar encerrados en la sala de mando.
Tenía que encontrar la forma de escapar de allí. Bajo su control estaban los dos anclas del navío, así como los motores. Pulsó el botón de la pared izquierda, para activar el ancla de babor; hizo lo propio con el ancla de estribor, en la parte derecha. Las dos palancas del cuadro de mandos gobernaban las dos hélices. Las movió hacia la derecha y después hacia abajo. Seguidamente, soltó el ancha derecho. Volvió a coger las palancas y las giró hacia la izquierda, soltando también el ancha izquierdo. Giró después hacia la derecha; los dos anclas se enredaron. Subió el ancla derecho, y lo acercó al ojo de buey con la guadaña. Una nueva pulsación del ancha izquierdo desplazo las dos moles de metal a lo largo de todo el casco del barco, rasgándolo por la mitad. Un último movimiento de las palancas hacia atrás partió el navío en dos, dejando a los agentes en la parte delantera del barco, mientras ellos se adentraban en alta mar.
Habían escapado de una muerte segura, pero el barco no podía resistir mucho tiempo a flote en semejantes condiciones. Al cabo de unos minutos, Manny y Glottis se encontraban dando un paseo por el fondo del mar. Por suerte, un esqueleto fallecido y un demonio no tenían demasiadas dificultades para respirar bajo el agua.
Al otro lado del océano, muy lejos, se divisaba un resplandor provocado por La Perla. Sin embargo, no podían llegar hasta allí sin una luz. No tuvieron que esperar mucho para entablar conversación con Chepito, un simpático buzo cuyo castigo consistía en dar vueltas alrededor del lugar. Nada más terminar la conversación, Calavera agarró la linterna de Chepito, amarrada a su cabeza. Se apartó y giró la cabeza hacia Glottis. El demonio alzó al buzo y lo utilizó como improvisada fuente de luz. Así llegaron a la mítica Perla.
Las leyendas, como ha ocurrido en muchas ocasiones, no suelen mentir. En efecto, se trataba de una gigantesca joya custodiada por un pulpo, cerca de un submarino. El cefalópodo no les quitaba ojo de encima, así que no podían acercarse. Los enormes globos oculares siguieron sus pasos hasta una roca donde crecían unas algas enredaderas. Manny comenzó a dar vueltas alrededor, hasta que Chepito quedó atrapado. Aprovechando que el enorme octopus no perdía de vista la luz del buzo, se introdujeron en el submarino.
Ante sus propios ojos, el pulpo tomó el control del aparato y los condujo hasta unas misteriosas instalaciones submarinas situadas en el Borde de Mundo.

LA FÃ
[font=Impact][size=150][color=#800000][align=right]Watching -> CARNIVÀLE (2 seasons)[/align][align=center]THE BIG BANG THEORY (3rd season)[/align][align=left]CALIFORNICATION (3 seasons)[/align][/color][/size][/font]
Avatar de Usuario
Myohmy
Camper
Camper
 
Mensajes: 2666
Registrado: 21-03-2006 08:00
Cash on hand: 0.00
Ubicación: A 600 metros sobre el nivel del mar, pero ni se nota

Notapor NepT1 » 23-06-2006 13:15

Gracias por tu respuesta tan veloz.... pero... estoy en las mismas que con todas las otras guias:

"Ya en el casino, Charlie le prometió un carnet falso"...

Como se llega otra vez al casino??? Estoy en la plaza que cada pasillo te lleva a una zona, pero no veo ninguno que lleve de regreso al casino.
En la variedad esta la solución
[img]http://nept1.myftp.org/diarias/imagen.gif[/img]
Avatar de Usuario
NepT1
Casual
Casual
 
Mensajes: 447
Registrado: 16-03-2003 08:00
Cash on hand: 0.00
Ubicación: Silent Hill

Notapor Myohmy » 23-06-2006 20:23

[color=indigo]¿El casino no era la torre esa que se veía casi en todos los escenarios abiertos?Lo digo porque me suena eso. En fin, como empiezas en el casino, ¿no puedes deshacer lo andado? Siento no poder ayudarte más, que tengas suerte, ese juego es genial xD![/color]
[font=Impact][size=150][color=#800000][align=right]Watching -> CARNIVÀLE (2 seasons)[/align][align=center]THE BIG BANG THEORY (3rd season)[/align][align=left]CALIFORNICATION (3 seasons)[/align][/color][/size][/font]
Avatar de Usuario
Myohmy
Camper
Camper
 
Mensajes: 2666
Registrado: 21-03-2006 08:00
Cash on hand: 0.00
Ubicación: A 600 metros sobre el nivel del mar, pero ni se nota

Notapor NepT1 » 23-06-2006 20:38

pues si... es ese casino pero... un poco dificil caminar hacia atras, ya que la manera en la que a llegado aqui es saltando a un barco y callendose de el... (sale un video)
Avatar de Usuario
NepT1
Casual
Casual
 
Mensajes: 447
Registrado: 16-03-2003 08:00
Cash on hand: 0.00
Ubicación: Silent Hill

Notapor SuperTolkien » 24-06-2006 15:54

[quote="NepT1"]pues si... es ese casino pero... un poco dificil caminar hacia atras, ya que la manera en la que a llegado aqui es saltando a un barco y callendose de el... (sale un video)


Este juego me lo pase hace unos cuantos años... 6 o asi. Creo que lo que dices tienes que subir unas escaleras. Las escaleras que sube Many antes de caerse al agua nada mas llegar a la ciudad esa.
Avatar de Usuario
SuperTolkien
Iniciado
Iniciado
 
Mensajes: 1704
Registrado: 26-02-2005 08:00
Cash on hand: 30.00


Volver a General

 


  • Mensajes Relacionados
    Respuestas
    Vistas
    Último mensaje

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 4 invitados