[quote]Ayer tuvimos ocasión de jugar a The Legend of Zelda: Twilight Princess, juego que para muchos es el juego del año, con permiso de Gears of War. Lo hemos jugado además en su versión para Wii y nos ha dejado gratamente sorprendidos. Su ambientación, el excelente uso del Wiimote y, aunque parezca increíble para ser un juego de Gamecube, sus gráficos, son algo digno de poder ser disfrutado y vivido. Sigue leyendo para conocer alguno de sus secretos.
La saga de Zelda ha sido y sigue siendo una saga mítica y de una enorme calidad, así que es normal la expectación que gira alrededor de un titulo que promete convertirse en el mejor de los existentes. No sólo por la calidad de su historia (que tiene una pinta excelente) sino por el uso que hace del control de Wii, que promete una inmersión sin límites.
Bienvenidos a un mundo fantástico
Las escasas dos horas que jugamos sólo nos sirvieron para hacernos una pequeña idea de la historia y del uso del mando, pero son más que suficientes para ver la gran calidad que va a tener el titulo.
Comenzamos eligiendo el nombre de nuestro personaje y del caballo (por defecto Link y Epona) y calibramos el mando. Calibración que debimos hacer mal por que la verdad es que costaba apuntar en ocasiones más de lo deseable.
Una vez hechos estos sencillos pasos comenzamos la historia, sin saber demasiado lo que nos va a esperar. Vamos a por nuestro caballo y comenzamos a recorrer el mundo que nos rodea. Nuestra primera misión consiste en un mini juego donde tendremos que hacer de pastor con nuestro caballo y conseguir meter una especie de ¿toros? en un establo. Tras esto regresamos a nuestra casa, donde, a la puerta, hablan unas simpáticas niñas que nos piden muy amablemente un tirachinas que debemos comprar en la tienda del pueblo.
Pero las cosas no son tan sencillas y es que la dueña de la tienda está muy deprimida por que ha perdido a su gato y necesitamos recuperarlo. ¿Cómo lo conseguimos? Pues pescando un pez para que el gato vuelva a casa. Por lo tanto necesitamos una caña de pescar. Para conseguirla, tenemos otro quebradero de cabeza y es que nos la dará una chica a quien deberemos rescatar un canastillo de bebe que la ha robado un mono que está en medio de una isla inaccesible. Una vez conseguida esto no tendremos dinero para el tirachinas… así sucesivamente. Como todos los Zelda, nos enfrentaremos a un cúmulo de mini historias cuya solución irán permitiéndonos avanzar en el juego. Resolver estas historias no será nada fácil y es que hay algunas cosas que no son nada obvias y nos darán más de un quebradero de cabeza. Al menos yo y el otro periodista que estaba jugando nos bloqueamos más de lo deseable.
A cambio nos prometen una historia con cerca de 50 horas de duración, con mucha épica y diversión en ellas. Así que lo que vimos es sólo una ínfima parte, apenas un nivel de los que tendrá y en lo que podremos volver a explorar mazmorras, destruir los más peligrosos enemigos y rescatar a personas indefensas.
Un mundo controlado por el Wiimote
Donde va a destacar este Zelda, y donde se marcan las diferencias respecto a la versión de Gamecube, es en el uso del mando. El juego hace uso tanto del mando como del nunchaku y su implementación me ha sorprendido por lo sencillo de su uso y lo intuitivo que es.
Movemos a nuestro personaje con el stick del nunchaku y podemos poner a nuestro personaje en primera persona apretando un botón del mismo y moviendo el cursor con el mando. El gatillo del mando nos servirá para equiparnos con el arma que tengamos activa, la cruceta para elegir entre diferentes armas y la tecla A para interactuar con los objetos del escenario y hablar con los personajes.
Pero donde mejor uso se le da es en el manejo de la espada y es que estamos ante una verdadera gozada de control. Elegimos objetivo con el segundo botón del nunchaku, nos movemos con el stick y para atacar, basta con girar de golpe el mando hacia un lado u otro, también podemos lanzar golpes especiales haciendo lo mismo con el nunchaku y realizar estocadas haciendo un movimiento rápido con el mando de atrás hacia adelante.
Estos movimientos, a diferencia de lo que parecía, son muy suaves, no hay que realizar grandes aspavientos para que los mandos te reconozcan el movimiento y lo ejecuten, además de poder jugar perfectamente sentado, que es como de hecho jugamos toda la partida. Hacerte con su manejo no lleva apenas un par de minutos y después de este tiempo es como si lo hicieses desde toda la vida.
Pero el uso del mando no acaba aquí. Por ejemplo, la detección de movimiento se usa para pescar. Una vez que han picado basta con dar un movimiento rápido hacia arriba para comenzar a hacer fuerza e intentar subir al pez, después con el nunchaku iremos recogiendo el sedal girándolo en círculos como lo haríamos con una caña de pescar.
El caballo se maneja de una manera excelente y es un gustazo verlo moverse, podemos además usar el movimiento para hacer que el caballo vaya más rápido y salte, para lo que bastará que hagamos un movimiento rápido hacia arriba y si movemos rápido hacia los lados podremos utilizar la espada.
En definitiva, estamos ante un control que hace un uso muy inteligente de las posibilidades del mando, con unas funciones bastante lógicas y útiles y eso que no pudimos ver el uso del mando ni para el escudo ni para el arco.
Peor resultado me dio cuando quise usar el tirachinas o lanzar un águila a un punto en concreto. Mantener la posición exacta apuntando con la mano se me hizo algo complicada y poco precisa en ocasiones, además de tener que levantarnos ligeramente del asiento para que nos saliese el cursor. Imagino que se debería en gran parte a una mala calibración que realice del mando.
Como único punto negativo se puede mencionar la cámara, que al ser automática, a veces resulta bastante molesta y no apunta como debe lo que, en más de una ocasión, hacia que perdieses la orientación.
Poco más que decir, la interfaz es muy rápida y clara y no cuesta más que leer dos líneas de texto para entender donde va cada cosa y no perderse.
Un mundo colorista y épico
Los apartados técnicos también van a ser en este titulo francamente sobresalientes. Obviamente, si los comparamos con los monstruosos gráficos de 360 o PS3, la comparación es muy pobre, pero si tenemos en cuenta que es un juego de Gamecube, no podemos hacer menos que alabarlo y proclamarlo como el mejor de la moribunda consola en este apartado.
El titulo mueve una gran cantidad de polígonos y con una gran soltura. Además cuenta con una excelente manejo de las luces y de los colores que dan un espectáculo maravilloso al conjunto. Sin embargo, las carencias de la maquina y del titulo se ven sobre todo en las texturas, algunas de las cuales son realmente cutres y con muy poca definición.
En resumen
Estamos ante un gran titulo que hará las delicias de todos los aficionados de la saga. Pero también será un excelente reclamo para todos aquellos que no la conozcan o que compren la Wii. Las dos horas que he jugado me lo he pasado francamente bien. Me he roto la cabeza con los puzles, he disfrutado con el uso del control y me ha fascinado su diseño artístico y música sobrecogedora. Desconozco si estamos ante el juego del año, a falta de probar ambos en detalle, pero puedo decir que, a falta de buenos gráficos, va a darnos diversión, épica y fantasía. Algo que no todos son capaces de ofrecernos.