Global Game Jam 2010, Madrid

Publicado el 14-02-2010 a las 22:47 Página 1 de 2   >>   
Autor: Borja "Raistlin Majere" García

El Game Jam es un evento mundial donde aficionados y profesionales del sector desarrollan videojuegos en tan sólo 2 días.

 48 HORAS HASTA EL “GAME OVER”

Desarrollar un juego en tiempo record es un desafío, pero también una de las formas más eficientes de “probar nuevos mecanismos de juegos”. Así lo afirma Kyle Gabler,ex empleado de Electronic Arts y co-fundador de 2D Boy, el estudio responsable de uno de los videojuegos más divertidos de 2008, World of Goo. Títulos tan aclamados como Braid, Spore o el propio World of Goo nacieron de prototipos realizados en muy pocos días.

La apertura de la edicición 2009 del Global Game Jam estuvo a cargo de Gabler, que fue el protagonista de un vídeo emitido en todas las sedes del evento. En la proyección, el desarrollador intentó inspirar a los participantes y con grandes dosis de humor, se permitió la libertad de enunciar las herramientas indispensable para el éxito en la tarea de crear un juego en tan pocas horas: Tener un ordenador con el que programar y plasmar el arte, disponer de papel y lápiz para expresar las ideas, poseer algo de imaginación en la cabeza y, por supuesto, mantenerse lo más arreglado posible por si aparecieran las cámaras de televisión o algún periodista rondara por los alrededores con el afán de entrevistar a algún participante despreocupado.

En este punto hace falta plantearse la pregunta: ¿Qué es un Game Jam? Los primeros párrafos de este texto ya dejan entrever la idea básica; un evento mundial que consiste en desarrollar un juego en un lapso temporal muy reducido. En España el Game Jam tuvo lugar-como en ediciones anteriores- en Madrid. Arrancó el viernes 29 de enero a las 17:00 y culminó a la misma hora, dos días después. El objetivo es reunir a grupos pequeños de personas (aficionados, estudiantes o profesionales del sector) para desarrollar un videojuego. Es un encuentro de fin de semana confeccionado para disfrutar y para crear juegos originales.

Al contrario de lo que pueda parecer a simple vista, el Game Jam no es una competición en sentido estricto. Si que es verdad que ha tenído lugar una entrega de premios y que los más afortunados han podido hacerse con una PSP GO. Pero la finalidad es, en esencia, que sea “un espacio para fomentar la creatividad, intercambiar ideas y pasar un fin de semana intenso con gente apasionada por el desarrollo de videojuegos”, tal y como se explica en la propia página web del evento.

Daniel Sánchez Pérez (Barakaldo, 1986) es estudiante del máster de videojuegos de la Universidad Complutense de Madrid. Junto con varios compañeros se apuntó al Game Jam con el objetivo de probar suerte y ganar experiencia en su campo. Para todos ellos la aventura comenzó el viernes al mediodía, momento en el cual se dirigieron al Vívero de Empresas de Vicálvaro-Madrid Emprende. Después de inscribirse y de un pequeño receso asistieron a una conferencia impartida por Roberto Álvarez de Lara, una de las cabezas del estudio independiente Over the Top Games, afincado en Madrid. Se trata de los desarrolladores de NyxQuest: Kindred Spirits (Wiiware), conocido antes como Icarian. En un principio se extendió el rumor de que el cambio de nombre se había producido porque se le relacionaba con Kid Icarus, una de las franquicias de Nintendo. Sin embargo fue desmentido oficialmente a través de un comunicado en su web.

La conferencia de Álvarez de Lara, celebrada en la sala de programación, versó sobre como montar un nuevo estudio sin por ello tener que morir en el intento. Según Daniel Sánchez Pérez les sorprendió bastante “que un juego con un plazo de desarrollo de un año tuviera tanto presupuesto”. Aproximadamente unos 120.000 euros (la cifra exacta no se pudo concretar, puesto que Nintendo la quiso mantener en secreto) Paralelamente, en la sala de descanso, uno de los miembros del equipo participó en otra charla, pero más centrada en el tema gráfico. El problema es que ambos encuentros fueron simultáneos, por lo que los asistentes se vieron en la encrucijada de tener que elegir entre una y otra. Ese fue “el único punto negativo”.


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