Siendo cinéfilo y que disfruta mucho de las películas o series histórico-medievales, cuando aparece un juego como Kingdom Come: Deliverance II (KCD2 en adelante) es algo que debes tener en cuenta. La cuestión, es que este juego es prácticamente único y si buscas una experiencia, se presume, realista sobre la época medieval en la Europa central, solo tienes esto y su primera parte.
KCD2 es una continuación directa de su predecesor, y se le nota en todo. El original empezó como un Kickstarter y ha llegado a ser considerado juego de culto. Tosco y complicado, pero veraz en reacciones contra la base jugable del juego, supuso que muchos jugadores lo pusieran entre sus juegos favoritos de su año. Ahora KCD2 sigue donde lo dejó exactamente el antecesor (muy en la línea de Baldur´s gate I y II, por ejemplo) para continuar con nuestro protagonista, Henry, viviendo y malviviendo por la Bohemia de primeros del siglo XV.
Desarrollado por Warhorse Studios y distribuido por Plaion, a quienes desde aquí agradecemos el código para analizar KCD2, nos han traído un juego duro, difícil, pero menos tosco que el anterior y muy divertido y redondo.
Un mundo abierto para jugarlo, a lo Labordeta
Quizás el aspecto más reseñable es, no la escala del mundo en sí, aunque es bastante grande, si no la escala de variedad de situaciones para resolver todo lo que va surgiendo a nuestro alrededor. Y lo pongo lo primero, porque es de verdad pasmosa la facilidad para inventarnos algo que resuelva algún evento. Podremos actuar en sigilo, o colarnos sin que nos vean a plena luz del día por una ventana, o liarnos a golpes, buscar situaciones pacificas… mucha variedad. También tendremos que tener en cuenta nuestro aspecto, el tener la espada desenvainada para hablar con los NPCs y cosas así.
Y luego está el dialogar. El primer juego ya montó las pautas que muy acertadamente ha seguido KCD2, pero siempre mejorando lo que había. Por ejemplo, la trama nos va presentando momentos conversacionales muy variados, a los que podemos responder de varias maneras, y que dependerán no solo de nuestros stats (como puede suceder en Fallout con sus perks y stats) si no como vayamos vestidos, si olemos mal, o, por ejemplo, si estamos solos frente a un grupo de bandidos y queremos intimidarlos, puede ser una mala idea. Muchas veces todo va a depender de nuestra intuición ante preguntas muy ambiguas que buscan que pensemos un poco en la forma de ser del que tenemos en frente, la situación o nuestros propios stats. Como estáis adivinando, mucho de lo haremos en KCD2 es hablar, y a mí, que me encantó Fallout New Vegas (por ejemplo, resolví el combate final con Cesar hablando), eso me resulta cautivador.
También, la sensación de libertad es amplia. Más o menos siempre vamos a tener algún elemento vertebrador que nos va a ir guiando, pero si nos apetece nos podremos perder por los páramos y bosques para enfrentar situaciones o eventos secundarios de los que KCD2 está repleto. Y, al igual que con el terreno conversacional, si buscas variedad este juego te va a encantar. No solo tendremos las típicas misiones de matar un moob y traer un objeto o hacer de recadero, si no que las secundarias tendrán alma en sí mismas, dentro de un mundo que parece vivo. Encontraremos misiones densas que podrían pasar por capítulos principales en otros juegos y que enriquecen la experiencia de juego y el lore del mundo que vamos descubriendo. Probablemente, de lo que sí que abusa un poco el juego es de eventos aleatorios que iremos encontrando y que acaban resolviéndose la mayoría con combate.
Y hablando del combate, es un poco tosco, aunque más refinado que el de la primera parte. Lo que sí que busca es ser el máximo de realista posible, y entiéndase esto de manera figurada, porque ninguno hemos vivido en la Bohemia del siglo XV y casi ninguno habremos manejado espadas o hecho esgrima, por lo que suponemos que es realista. No obstante, y después del paréntesis, esto forma parte de la experiencia más rolera que propone este juego, donde los stats, las mejoras de manejo de armas y más, se irán construyendo poco a poco con nuestra manera de jugar. Por ejemplo, para aprender nuevas artes de espada, debemos encontrar maestros que enseñen esas nuevas artes, y luego, pasar por un proceso de aprendizaje hasta asumir perfectamente lo que nos enseñaron.
Para combatir en sí, podremos orientar la espada en diferentes direcciones, muy a lo Zelda Skyward Sword, para adaptar el ataque a la defensa del enemigo. Hay cuatro posibles posiciones que son izquierda, derecha, arriba y abajo. Y la clave de todo esto es saber hacer parrys en el momento indicado, leer el movimiento del enemigo. Verdaderamente, he usado casi siempre espada, porque el resto de armas no me permitían hacer parrys y me llegó a resultar un poco tedioso combatir con ellas.
Como mola Hans Capon
De lo mejor que tiene KCD2 es la historia y sus personajes. No solo tendremos a Henry como protagonista, que es muy carismático y si bien, no nos permiten darle un aspecto como nos gustaría o un arquetipo a nuestro gusto, todo queda ensombrecido por lo bien escrito y desarrollado que está el personaje. Lo más impresionante de esto es vivir la vida de Henry, como comemos cuando hay hambre, como hemos aplicado el “noble” arte del latrocinio cuando no hay que llevarse a la boca, desarrollado relaciones con nuestro perro o dormir cuando estamos cansados. Beber, romancear, jugar a los dados, reparar tu armadura o hacer pociones, en definitiva, vivir un personaje en un juego y el como han hecho que esto sea divertido.
Pero esto de Henry, es igual que el resto de principales como Capon o Katherine. Hay que destacar en esto a los actores de voz que han doblado el juego al castellano. Sorprende ver, que a veces con un poco de mimo, se es capaz de hacer las cosa bien y que como en KCD2, hacer en este caso un doblaje excelso en las principales voces es primordial en un juego con tanto dialogo. En algunos momentos, puede que otras voces no se acerquen a tan alta calidad, pero es inevitable en un juego de esta magnitud. De verdad, sobresaliente aquí.
Como os decía, personajes muy bien escritos y la historia, enclavada dentro de hechos históricos reales, es desbordante. El protagonista y Hans, justo donde acababa KCD, parten como recaderos al castillo de Trosky para llevar una carta al señor, Otto Von Bergow para convencerlo de que apoye al rey Wenceslao, cautivo en Viena, contra su hermano Segismundo, rey de Hungría... Todo esto es el desencadenante de una historia profunda y bien llevada, con un montón de momentos memorables. También está el tema del códice, que me encanta en este tipo de juegos y paso bastante tiempo absorbiéndolo, leyendo todo lo que se va insertando con el devenir de la historia. Me pasó en Mass Effect, Dragon Age, Fallout, Pentiment por poner ejemplos, y ahora me ha pasado en KCD2: ¡Dios salve los códices!
Y una de las grandes preguntas ¿hace falta jugar KCD para disfrutar de la segunda parte? Evidentemente, es una continuación directa y si lo hubiéramos jugado, sería más disfrutable, porque ya conoces más o menos como es Henry o Hans, pero si no lo haces, KCD2 tiene algunos flashbacks que te van ayudando a comprender lo que tienes ante ti, amén de que vas a sorprenderte de igual manera que en KCD, cuando vayas conociendo al elenco principal.
Hay que decir, que KCD2 es un juego bastante largo, más o menos la historia principal serán unas 60 o 70 horas, más todo el contenido secundario que es mucho. A esto, súmale al menos unas 10 horas más si decides disfrutar el lore y leer todo lo que te va surgiendo o hablando con todo el que te encuentres. Es una compra acertada si lo miras desde la perspectiva de precio por hora de juego.
En la técnica
Gráficamente el juego me parece una pasada, con algún detallito que podría mejorarse. Está desarrollado con el motor CryEngine, y luce brutal en todos los momentos, muy colorido y con grandes efectos de luz. Me encantan los caminos embarrados y los reflejos en las armaduras, los bosques. El juego entra muy bien por los ojos.
Se ha jugado en una Xbox Series X, y si bien ha tenido un comportamiento más o menos aceptable, se descartó jugarlo en modo Fidelidad porque se observó que la tasa de FPS no era muy estable en cuanto a framerate y sin embargo la mejora gráfica con respecto al modo Rendimiento tampoco era abismal. En este modo Rendimiento, algunas cargas de texturas han demorado más de la cuenta, un poco de popping y tiene algunos bugs de físicas (menos que la primera parte), como atravesar paredes y cosas así. No obstante, y teniendo en cuenta que es un juego de mundo abierto, repito, el juego es y luce espectacular.
Sonoramente, la BSO acompaña muy bien, aunque tampoco me ha parecido super memorable, pero es buena. Por supuesto, todo el elenco de sonidos es acorde a todas las acciones y el juego tiene en cuenta el sonido que emitimos según nos movamos o vayamos vestidos. Mencionar que está muy bien traducido al castellano y como comentamos más arriba, el doblaje es sencillamente espectacular.
Conclusiones
Lo que más me ha gustado de este juego es lo que me ha transmitido. Realmente me es complicado aplicarle una nota, porque es un juego que no es para todo el mundo. Es tosco y difícil, sobre todo al principio donde te colocan una “pared” delante que tardas en aprender a sortear. Un RPG duro y demasiado RPG para un público mainstream. Pero, sin embargo, a mí que me encantan las aventuras conversacionales, leer sobre lore y estar enclavado en un momento de la historia real, me apasiona. Me encanta poder salir airoso sin combatir, solo eligiendo las palabras adecuadas y teniendo en cuenta con quien hablamos y otros elementos como nuestro aspecto. De veras, me encanta las posibilidades que da.
Parece que es un juego realista, pero tampoco tengo conciencia de que sea así vivir en el medievo al 100%, simplemente es difícil, y más al principio si no has tocado el primero. Y tampoco podemos decir que sea como un Oblivion o Morrowind (NOTA: no he dicho Skyrim, para que veáis lo abuelo cebolleta que soy) aunque si bien, bebe de algunas cosas de estos. Pero no, KCD2 y su primera parte, son juegos con su personalidad lo suficientemente fuerte como para separarlos de estos otros.
En definitiva, largo, complejo, difícil, pero apasionante y con muchas salidas jugables a los cientos de situaciones que vas a ir teniendo. Además, con un doblaje brutal y gráficamente preciosista y gigante. Para mi JUEGAZO y candidato a GOTY, pero eso sí, si no tienes ganas de complicaciones, no es tu juego o al menos, tienes que saberlo antes de comprarlo.