O eso parece haber asumido en Warner y DC, cuando lo repiten en tantas ocasiones en su nuevo blockbuster Black Adam. La diferencia principal entre DC y Marvel radica en un roadmap donde la compañía de Disney tiene un plan a muy largo plazo que incluye películas y series y sin embargo por parte de DC no logran levantar películas con conexión entre sí de manera solvente. Sin embargo puede que esta sea la primera piedra que logre cambiar esa tendencia. Acompañadme a un viaje donde vamos a descubrir al gran público a un montón de personajes menos conocidos que el trio que conforman Wonder Woman, Batman y Superman.
La gente no necesita héroes
Black Adam nos ofrece un pasatiempo muy entretenido donde la acción destaca por encima de todo acompañada de unos efectos consistentes y nada grandilocuentes. La película es lo que pretende ser, y como tal cumple con creces. Atrás quedan esas películas que pretendían ser la última joya que salvará el cine. La cinta nos muestra a Wayne Johnson muy contenido, mostrando un carisma especial que odiarás o amarás, pero que no se puede negar que encaja con un personaje que lleva 5000 años enterrado y llega a un mundo hipertecnológico donde su tierra Kahndaq no es la que recuerda, ocupada por un ejército opresor.
La película nos presenta a la Sociedad de la Justicia, donde destaca Pierce Brosnan en el papel de Doctor Destino, luciendo un porte acompañado de misterio en uno de los mejores papeles recientes que se le recuerdan. Pero no estará solo ya que lo acompañan Hawkman interpretado por Aldis Hodge. Ambos encabezan esta Sociedad de la Justicia, y son, posiblemente los personajes con mejor narración de su historia. En Doctor Destino encontramos una amalgama de poderes muy vistosos y singulares que envolverán de misticismo aún más al personaje. Por el contrario, Hawkman nos muestra el héroe encarnado, ese hombre recto que no se doblega donde realmente su única pega es un traje que no luce demasiado bien en pantalla. Ellos encabezan este equipo que terminan de completar Quintessa Swindell como Ciclón y Noah Centineo como Atom Smasher (me niego a reproducir su ridículo nombre castellano). La película enfrentará a los protagonistas a una amenaza terrible que el Doctor Destino ha logrado ver gracias a su clarividencia, y mostrará que Antihéroe y Héroes tendrán que unir sus fuerzas si quieren detenerla.
La película dura poco más de 2 horas donde tras contarnos el nacimiento de Black Adam y cómo salvó su tierra hace 5000 años. Después llegamos al conflicto actual, donde su pueblo de nuevo está sometido, esta vez por una unidad militarizada que tiene en busca y captura a Adrianna, quien huye del régimen intentando poner a salvo un poder que podría acabar con toda Kahndaq. Por el camino vamos a encontrar pocas respuestas ya que si algo hace bien Black Adam es iniciar sin contextualizar a la Sociedad de la Justicia, arrancando así la acción tras presentar al antihéroe y planteando rápidamente el conflicto para ir a lo que interesa: Aquí hemos venido por la acción.
Jaume Collet-Serra hace una enorme labor de dirección, donde tanto los escenarios digitales como los sets acompañan solventemente sin que se vean las costuras. El departamento de efectos especiales ha sido muy práctico y la película luce bien, sin grandes efectos que te volarán la cabeza, pero no necesitas más cuando tienes en el centro del huracán a “The Rock”.
El principal problema de la cinta reside en el guion, que nos presenta personajes que quizá a finales de los 2000 podrían funcionar, cuando toda la maquinaria de género superheroico comenzaba a engrasar, pero en pleno 2021 dejan algo que desear sus diálogos, relaciones y arcos en la película. Se nota que la fiesta la paga Wayne Johnson cuando la película es un lucimiento a su figura, hipnótica por momentos, que va envolviéndote con su presencia mediante un buen despliegue de peleas muy desigualadas donde nos queda algo claro: Nadie en la tierra puede con Black Adam.
En este pase de prensa hemos disfrutado de la película en versión original, por lo que no podemos hablar de la calidad del doblaje, aunque siempre es un goce y disfrute escuchar a Pierce Brosnan en su lengua materna.