Hace ya tanto de la moda de los Loquesea Simulator, que se podría decir que ya huele algo a rancio, aunque contra todo pronóstico, siguen saliendo con relativa frecuencia. En esta ocasión echamos un vistazo a Bee Simulator, el primer título de Varsav Game Studios, un estudio polaco que sin duda se toma muy en serio la apicultura.
¿¡Un simulador de vuelo educativo!?
La historia del juego más coqueta no puede ser. Somos una abeja, a la que podremos poner nombre incluso, y acabamos de nacer en una colmena en el interior de un árbol en un parque zoológico. Aunque al principio seremos torpes, aprenderemos a volar, a recolectar polen, e incluso a combatir contra las fieras avispas para mantener a salvo nuestra colmena. Aunque, ¡ay de nosotras! Llegará el momento en el que el malvado ser humano quiera deshacerse de nuestra colmena, por lo que tendremos que ponernos a disposición de nuestra abeja reina realizando tareas tales como acabar con posibles depredadoras, recolectar miel o comunicarnos con otras abejas bailando para obtener nueva información o lugares de interés. Y sí, resulta que las abejas en la vida real bailan para comunicarse. Increíble.
Esto es una constante a lo largo del juego. Poco a poco, nos contarán cosas sobre las abejas que sonarán de lo más extrañas o raras… hasta que se nos ocurra agarrar una enciclopedia, buscarlo, y comprobar que, efectivamente. Ese dato aleatorio sobre la vida de las abejas es cierto. Creo que es la forma más sutil que han tenido de educarme en toda mi vida.
Por lo demás, el juego en sí es un simulador de vuelo bastante simple de manejar, si bien demasiado sensible para mi gusto, basta un mínimo toque del stick para que la abeja salga zumbando, y el zoo por el que nos moveremos es un mundo abierto típico. Es decir, nuestro objetivo será ir de un sitio a otro aceptando misiones y retos del estilo de acumular polen (es decir, pasar por los aros), pelear contra bichos (es decir, una QTE muy simple), bailar con otras abejas (es decir, un “Simón dice” usando las direcciones) y buscar coleccionables.
Colmenas en alta resolución
Técnicamente, para ser un juego que a priori cabría esperar que fuera algo “meme”, es más que decente. Funcionando a 60 frames por segundo (mínimo en una Xbox One X, claro), el juego recrea con todo lujo de detalles nuestra colmena, las propias abejas, los insectos y animales con los que nos cruzaremos, las plantas de las que recolectaremos polen, e incluso iremos desbloqueando sus fichas para poder leer más sobre ellos. Los seres humanos no son tan “realistas”, siendo algo maniqueos, bizcos, faltos de vida, meros monigotes en un entorno excepcionalmente vivo para tratarse de un juego indie de bajo presupuesto.
El juego además cuenta con una banda sonora ambiental tremendamente relajante, y cuenta con una aceptable traducción al castellano, si bien de vez en cuando se pierde por el camino, y nos aparecen términos en inglés sin parar. Si lo terminasen de arreglar, si bien parece algo imposible teniendo en cuenta el tiempo que ha transcurrido ya desde el lanzamiento, sería perfecto.
