Destruction All-Stars es uno de esos juegos que, cuando empiezas a jugarlo, te va a recordar a otros. A fin de cuentas, no vas a tardar mucho en empezar a jugar y pillarle el puntillo, y darte cuenta de que esto ya lo has jugado antes, con un par de excepciones, y con añadidos tanto buenos, como otros no tanto. Démosle un pequeño repaso.
Es casi como… pero no
El género de Destruction All-Stars es bastante antiguo, si bien es lo suficientemente poco frecuente como para que los recién llegados lo cataloguen como juego único en su especie. Como ya lo fue Destruction Derby en su día, el polémico Carmageddon o el magnífico Twisted Metal algo después, Destruction All-Stars va de subirse a nuestro coche y destrozar al resto. Para ello, contaremos con nuestro vehículo y… la posibilidad de arramblar con nuestro vehículo. No contaremos con muchas novedades en este sentido, siendo al final Destruction All-Stars una versión gamberra de los coches de choque, o al menos, esto será así si nos ceñimos única y exclusivamente al juego con vehículos. Porque la gran novedad de este título con respecto a otros es que podremos abandonar nuestro coche en cualquier momento.
En cualquier momento, una pulsación de botón bastará para que nuestro personaje, seleccionable entre un total de dieciséis, salte por los aires y abandone nuestro vehículo actual, pudiendo correr y saltar libremente por el estadio. A pie seremos absurdamente débiles y vulnerables, con una cámara que tampoco nos lo pondrá nada fácil el evitar que nos atropellen, por lo que nuestra mejor baza será abandonar el suelo y subir por las plataformas que hay sobre el nivel. En estas plataformas encontraremos diversos bonus dependientes del modo de juego y nuevos vehículos, lo que nos dará una nueva oportunidad para mantenernos vivos en la arena, pudiendo también lanzarnos sobre un coche enemigo para sacar a su conductor, al más puro estilo GTA, y robarle su coche. No obstante, estas plataformas se desvanecen con el tiempo, por lo que tampoco podemos dedicarnos a estar por los aires esquivando los coches indefinidamente.
Por supuesto, dicho así, el juego no parece tener demasiada gracia, así que los desarrolladores han tenido el acierto de añadir una habilidad especial a cada uno de los personajes, así como un coche “especial” exclusivo de cada uno de ellos, por lo que podemos encontrar nuestra propia manera de jugar al título. Las habilidades no es que sean muy frecuentes, por lo que tendremos que salir del vehículo para recoger bonificadores y pegar un acelerón a la “barra” que indica si lo podemos usar, pero no deja de ser un añadido que hará distinta una partida de la anterior.
Mecánicas orientadas a la retención y los micropagos
El sistema jugable del título ya está expuesto, es cierto que encontraremos distintas reglas que aportarán algo de diferencia, teniendo el típico todos contra todos por tiempo, todos contra todos con vidas limitadas y un nivel que se va rompiendo poco a poco, todos contra todos por equipo donde tendremos que lanzar a los enemigos contra un tornado, y un todos contra todos en el que tendremos que bajar de nuestro vehículo para obtener ciertos objetos, y llevarlos a puntos concretos del nivel para sumarlos a nuestro contador. Bueno… creo que pilláis por qué, a la postre, Destruction All-Stars no parece tan variado como pudiera parecer en un primer lugar. Le sumamos que no hay modos multijugador offline, y que no todos los modos son jugables en grupo con amigos (aunque acabemos peleando el uno con el otro), y nos queda una experiencia que parece más diseñada hacia esos lobos solitarios del online, que a grupos de amigos.
