Tras su última parada en PSVita, el simulador de jardín llega a la híbrida de Nintendo con una versión ligeramente diferente, pero sin llegar a sacar los pies del tiesto (¡JA!).
No toquen el género
El objetivo de Plantera es conseguir cantidades enormes de dinero a partir del pequeño huerto que poseemos. Para ello debemos invertir las ganancias en productos del campo que nos den beneficios como animales, arbustos, árboles y hortalizas. Así que tendremos dos misiones: encargarnos de ampliar y cultivar los terrenos y, lo que nos llevará casi todo el tiempo, recolectar. Contaremos con la ayuda de unos pequeños seres que recogerán lo que haya por el suelo, pero si queremos apurar las cosas podremos ser nosotros mismos quienes hagamos caer la fruta y recoger las ganancias.
Aquí se aprecia la primera gran novedad de Switch, ya que en modo dock tendremos que usar controles tradicionales. Uno se acaba acostumbrando a ello, pero no es tan inmediato ni tan intuitivo como en las versiones de 3DS y Wii U, donde el lápiz proporcionaba mucha más precisión y rapidez. En modo portátil sí que disponemos de controles táctiles, pero, al menos en mi opinión, la pantalla resistiva de Wii U y 3DS ofrecía mayor rapidez y precisión.
Y es que el juego, en su mayor parte, se reducirá a ir picando continuamente la pantalla, por lo que su mecánica, aunque aderezada con elementos de gestión, es simple y repetitiva. Quizás le habría venido algún modo corto de retos de tiempo o algo similar que permitiera darle cierta importancia a cómo gestionas el jardín.
También habrá que evitar que ciertos animales salvajes nos invadan. Los cuervos se llevarán la fruta y los zorros y lobos asustarán al ganado. Para todo podremos hacerlo manual o comprar perros y espantapájaros que hagan la mayor parte del trabajo. Además se podrá también comprar abono que mejore los precios a los que vendemos los productos o incluso comprar tiempo. Sí, si compramos tiempo podremos mantener a nuestros ayudantes trabajando cuando no estemos jugando. De este modo se agiliza el juego y se facilitan las sesiones cortas, permitiendo usar nuestro tiempo en labores de gestión y dejar que el dinero venga solo.
Gráficamente es muy resultón, manteniendo la estética pixel que une a todos los juegos de Ratalaika y su banda sonora es realmente buena, con tres temas pegadizos y alegres que han gustado a todo el mundo. El punto flaco del tema técnico se lo llevan, nuevamente, las ralentizaciones. En Nintendo 3DS eran bastante constantes. En Switch la cosa mejora un montón, pero hay momentos puntuales en que el juego pega rascadas, especialmente cuando tenemos ya el jardín al máximo y hay muchos elementos móviles en pantalla.
