FireCuda Gaming Hub y Firecuda Gaming Hard Drive

PC, PlayStation 4, Xbox One, Switch, PlayStation5, Xbox Series
Publicado el 20-12-2021 a las 18:25 Página 1 de 5   >>   
Autor: Alejandro "Sandor" Dobeson

Dos monstruos del almacenamiento para todas nuestras necesidades.

Seagate saca al mercado una nueva línea de discos duros híbridos, los conocidos como FireCuda, pero esta vez pensada especialmente para el gaming. Hemos tenido la suerte de contar con ellos para hacer todo tipo de pruebas, así que si estáis pensando en ampliar el almacenamiento de vuestro ordenador, portátil o consola, no deberíais perderos nuestras conclusiones.

Lo mejor de dos mundos

Con la irrupción de los SSDs en la nueva generación de consolas, ya no hay excusa para no saber de qué hablamos cuando comparamos discos duros magnéticos con unidades de estado sólido. Pero por si acaso aun no te pusiste al día, demos un pequeño repaso. Tradicionalmente, las unidades de almacenamiento de los ordenadores han sido los discos duros magnéticos, o disco duro a secas, unas pequeñas cajitas que incluyen unos discos de un material especial por el que se mueve una aguja. Esta aguja es capaz de polarizar, es decir, imantar o desimantar, el sitio por el que pasa, y reaccionar a la polarización actual del punto donde se encuentre. Así es como somos capaces de almacenar un bit, un cero o un uno, en una posición del disco.

El mecanismo de la aguja es completamente mecánico, y es el motivo por el cual los discos duros son débiles a los golpes, ya que si la aguja sobre algún cambio de posición, lo más probable es que dejemos de poder leer y escribir sobre el disco. Además, el mecanismo es relativamente “lento”, al menos hablando en términos de un ordenador, ya que si queremos volver a leer un fichero, tendremos que esperar a que el plato de toda la vuelta, y a que la aguja se vuelva a colocar en la posición de inicio del fichero. Además, hay todo tipo de problemas relacionados con esto, como el problema de encontrar espacios libres en el disco, o la temida fragmentación, en la que nuestro archivo acaba disperso por todo el disco, teniendo que hacer trabajar a lo grande al brazo lector para recuperar unos pocos bytes de información.

Larga vida al formato sólido

Los SSD, solid state drives o unidades de estado sólido son, a nivel teórico, iguales a los discos duros. Son dispositivos que son capaces de almacenar información. Pero en lugar de tener platos magnéticos y un brazo con una aguja lectora, tenemos chips de memoria que cambian de valor conforme queramos. La mejora en todos los sentidos gracias a este cambio en el mecanismo es directa. Las velocidades de lectura y escritura son altísimas, ya que no dependemos de un brazo o de un motor para hacer girar un disco, el consumo eléctrico es mínimo en comparación, vamos a tardar lo mismo en leer un fichero que esté totalmente fragmentado que uno que no… aunque, por supuesto, no todo el monte es orégano. 

El talón de Aquiles de los SSDs son su elevado precio por su complejidad de fabricación, y el hecho de que los chips que usa para almacenar los datos, en algún momento de su vida, dejarán de ser capaces de cambiar de valor. Es lo que se conoce como WEAR, si bien la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que los fabricantes ya nos garanticen, por ejemplo, un mínimo de 300 terabytes escritos antes de que algún sector falle.

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