La trama de Shenmue es muy simple de plantear. Somos Ryo Hazuki, el heredero de un maestro de las artes marciales. Un dÃa de invierno de 1986, volviendo a casa, encontraremos a un extraño hombre, de aspecto asiático continental y vestido en un kimono verde con un dragón, que está atacando a nuestro padre, Iwao. Demanda conseguir el espejo del dragón, amenazando con matarnos si no atendemos a sus demandas. Sin embargo, de poco servirá darselo, ya que el misterioso hombre conocido como Lan Di le dará un golpe fatal a nuestro padre, que acabará muriendo en nuestros brazos. Ryo no tardará entonces en jurar venganza, proponiendose saber más de ese misterioso Lan Di, y el proposito del espejo del dragón. La primera parte se basa principalmente en todo el viaje de Ryo en Japón, hasta que abandonemos Yokosuka, y la segunda parte comienza con la llegada a Hong Kong y posterior persecución de Lan Di hacia Kow Loon. El principio de los juegos de mundo abierto
La cuestión es que Suzuki no se quedó ahÃ. Trabajó mucho a la hora de ampliar el concepto, hasta implementar cosas que hoy damos por sentadas en muchos juegos. Un mundo con un reloj siempre funcionando, con gente que tenÃa rutinas a seguir, trabajos y gustos propios. Recreativos en los que poder pasar el rato, maquinas de bebidas o de gashapones en las que malgastar nuestro dinero. Y, claro, una inseparable libreta en la que anotar cómo de avanzados vamos en nuestra búsqueda del asesino de nuestro padre, que siempre podremos utilizar para preguntar a cualquier personaje del juego.