The Evil Within 2

Sebastián Castellanos vuelve para vivir su peor pesadilla.

El miedo es inequívocamente una sensación innata en todos los seres vivos, esa sensación de escalofrío que te recorre todo el cuerpo y que te avisa de que más vale que salgas de ahí cuanto antes la tenemos todos en mayor o menor medida. No es malo tener miedo de vez en cuando pues es una reacción muy lógica de supervivencia que nos transmite nuestro propio cuerpo, sin embargo hay que reconocer que en muchas ocasiones es una sensación muy hipnótica y vamos a buscarla intencionadamente.

No es extraño ver película del género del terror en las carteleras de los cines o en las estanterías de los pocos videoclubs que quedan en nuestro país y por supuesto el mundo del videojuego no iba a quedarse sin su porción. Sin embargo hay que reconocer que con el paso de los años los estudios han ido cambiando su percepción del terror hacia juegos que han tirado más hacia la acción que hacia el propio terror y una prueba de ello la tenemos en Resident Evil, una de las franquicias icónicas del genero y cuyas entregas del 4 al 6 han ido más enfocadas a pegar tiros a todo lo que se movía. Si, lo sé, en estos momentos estaréis poniendo el grito en el cielo por poner la cuarta entrega como un juego prácticamente de acción pero sinceramente me aterraría más quedarme encerrado con un maniquí vestido de Pennywise que una partida al Resident Evil 4.

Shinji Mikami es la persona que está detrás de los grandes títulos de Resident Evil, es por ese motivo que cuando se anunció que de su mente salía un nuevo título de terror llamado The Evil Within y que iba a ser distribuido por Bethesda mi medidor de hype directamente explotara. Es un juego que finalmente reunía muchos de los elementos que el diseñador japonés imprimió en las primeras entregas de Resident Evil y que me volvió a ofrecer una sensación de agobio como pocas veces me había conseguido un juego en los últimos años. Ahora unos añitos después tenemos ante nosotros la segunda entrega y hoy os traemos nuestro análisis.

Sebastián Castellanos de nuevo en acción

Han pasado tres años desde los terribles sucesos del Hospital Psiquiátrico de Beacon, un caso que desde luego dejaría al detective Sebastián Castellanos al borde de la locura cuando en lo que parecía una llamada de ayuda normal y corriente acabo en una auténtica pelea por su vida en donde lo real y lo imaginario se mezclaban constantemente. Allí empezó a conocer a una misteriosa organización denominada Mobius que estaba detrás de ciertos experimentos poco éticos en donde por situaciones del destino acabaron siendo también victimas de su propia creación, el sistema STEM.

A día de hoy Sebastián pasa sus días buscando a Mobius cada día y cada día acaba ahogando sus penas en una botella de alcohol recordando a la familia que perdió en un misterioso y cruel accidente. Sin embargo todo cambia cuando frente a él en una de esas ya clásicas noches de whisky y tabaco aparece Kidman, una agente de Mobius que se hizo pasar por policía durante el suceso de hace tres años. Antes de que pudiera perder definitivamente los papeles Kidman le hace una sorprendente revelación a Sebastián, su hija Lily no está muerta y esta retenida por Mobius aunque en estos momentos está perdida en algún lugar del sistema STEM y requieren la ayuda de Sebastián para encontrarla. A regañadientes y siempre por la seguridad de su propia hija Sebastián decide ayudar a la organización y se trasladará a la ciudad de Union mediante el sistema STEM en donde lo que debería ser una sencilla misión de búsqueda y rescate pronto descubrirá que puede ser algo incluso mucho peor que lo ocurrido en el Hospital Psiquiátrico de Beacon.