Un añadido interesante son las Facciones, cada uno de nosotros podremos decantarnos por una, compitiendo en distintas misiones y retos con los que ganaremos diferentes premios y regalos exclusivos. Todo será configurable en las partidas que generemos, desde las armas posibles a utilizar en combate, hasta el mapa y su tamaño, etcétera. Siempre es de agradecer este hecho ya que permite no encorsetarnos a una configuración concreta, dejando la opción de seleccionar las que más nos gusten, o las que más se adecuen a nuestra forma jugar.
GRÁFICOS Y SONIDO
El juego ha sufrido una notable mejora en este aspecto, con una carga poligonal y un modelado de personajes y de monstruos finales refinada (mención aparte tienen los portentosos Akrid “G” que parece literalmente que se van a salir de la pantalla),animalillos que degustaremos en toda su amplitud con el motor MT Framework, que más de uno recordareis al haber sido previamente empleado hace relativamente poco tiempo en el Resident Evil 5 con tan buenos resultados.
Los escenarios han ganado en riqueza, si no ya me lo diréis cuando estéis en plena selva, con un conjunto de detalle muy logrado en la recreación de las diferentes plantas y árboles que componen el entramado visual, de seguro seremos transportados a un mundo a miles y miles años luz del nuestro. Algún que otro problemilla hemos apreciado de fluidez en ciertas escenas cargadas de explosiones, disparos y agrupación de personajes y enemigos, en definitiva de acción a raudales, donde debido a la sobrecarga y requerimiento técnico, podríamos ser testigos de algún que otro tirón de imagen, nada de importancia la verdad pero que creíamos conveniente mencionar.
Si el apartado grafico pasa con nota, el sonoro no se queda precisamente a la zaga, cargado de efectos impresionantes que acompañan de forma magistral por ejemplo a los enemigos gigantes, así como los empleados en las mil y un batallas, tiros y explosiones que experimentaremos; tendremos el honor de ser testigos de todo el potencial que el sonido nos ofrece de manera exquisita, el cual tiene como cometido dotar de la grandilocuencia que se merecen las imágenes tan portentosas en las que se suceden los enemigos de ese descomunal tamaño. Aportando la pausa adecuada cuando la escena lo solicita y el ritmo frenético que exigen las imágenes de mas acción su banda sonora dota de mas realismo si cabe a unas imágenes ya de por si buenas.
Una conjunción realmente trabajada entre audio y video de una calidad muy elevada es lo que nos encontraremos en este título, dos apartados técnicos que sin duda no dejaran indiferente a nadie. Realmente merece la pena experimentar una sensación tan increíble como la que obtendremos al jugar a esta secuela de Lost Planet. Que por cierto poco se parece en su concepto al original.