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Ponte en forma con la pareja del año
Asumo abiertamente, mi romanticismo incondicional a estas dos franquicias. Mi infancia por completo ha sido marcada por títulos de ambas (especialmente los juegos para los sistemas 8 bit de las antiguas compañías rivales). Sonic the Hedgehog, Super Mario Bros 3…han significado tanto o más como la mejor serie de televisión o las peleas en los recreos.
Cuando Sega admitió su derrota contra el mercado doméstico y asumió su papel como compañía third party, viví una mezcla de decepción y alegría, ya que imaginé colaboraciones entre ambas o incluso pequeños cameos (para que os hagáis una idea de hasta que punto puedo ser fetichista, cuando adquirí de lanzamiento Game Cube lo hice junto una copia de Sonic Adventure 2 Battle). Lo que no obstante, nunca creí imaginar, es poder disfrutar de ambas franquicias emblemáticas en un mismo juego. Y menos en un juego basado en las olimpiadas de Beijín.
Y aunque a priori puede sonar como un nefasto movimiento comercial, tras un par de partidas en compañía te darás cuenta que ha sido un gran acierto. El juego tiene, de por sí, un indiscutible morbo, una tensión que cualquier fanático de los videojuegos con mínima perspectiva histórica podrá apreciar. Tras una sublime introducción, podremos seleccionar un diverso elenco de criaturas de ambas (de diseño algo irregular en el caso de Sonic…los secundarios post-16 bit nunca han alcanzado el carisma de Tails o Knuckles) o nuestros propios Miis (que sinceramente, entumecen severamente la gracia del juego).
El título técnicamente es muy vistoso y por lo general, no da ningún desagradable susto (en forma de ralentizaciones o exceso de jaggies). Sí, no cabe duda de que es un pastiche de colores horteras y descontextualizados (es inevitable preguntarse que hace Yoshi en un estadio de tiro con arco), pero funcionan. El audio no obstante sí que puede resultar decepcionante, ya que los efectos sonoros no son nada del otro mundo y la banda sonora es bastante histriónica.
Pero estos aspectos son bastante superfluos en general, más especialmente en un juego de estas características. Es más, me atrevería a afirmar (intentando no ser pedante), que el modo a un solo jugador es inconscientemente, aburrido. Es fácil completar todas las pruebas, falto de reto en general y la auto-superación podría encajar mejor en un juego dónde nos estuvimos subyugados en más de una ocasión al azar. En efecto, el juego vive para y por las fiestas sociales, las encarnizadas batallas del modo multi-jugador etc. Lamentablemente un modo Online hubiese mejorado considerablemente la nota final, aunque se agradece que al menos podamos compartir records. De cualquier forma corroboro, que el verdadero modo vs. estrella por antonomasia como de costumbre en Wii, es con tus rivales cerca (no demasiado, no se nos vaya a escapar el wiimote).
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