Un claro ejemplo, y que aparece en los primeros compases del
juego, son las curvas cerradas donde no será necesario hacer el giro en
el momento exacto, sino que podremos tener ya al escarabajo en posición
antes de llegar al lugar. Es una ventaja y una comodidad, pero no una
manera de hacer más fácil el juego. A medida que avancemos la
concatenación de pruebas irá aumentando y contaremos con mucho menos
tiempo para las maniobras.

El nivel de las pruebas irá aumentando
a medida que vayamos avanzando en cada uno de los 9 niveles que
componen el juego y que están formados por un número variable de zonas,
pero que llegan a alcanzar la treintena en los últimos compases del
juego. La curva de dificultad está muy bien medida y empieza suave, con
un primer mundo que ejerce las veces de tutorial, aunque ya deja ver
cómo se las va a gastar en el futuro. Ya en el nivel 3 estarás haciendo
malabares con tus dedos para esquivar las numerosas pruebas que se
habrán desbloqueado, como la probabilidad de saltar pinchos y dar un
golpe contra el suelo que destroce las defensas enemigas. Y es que los
combates contra jefes, bien sean intermedios o finales, suponen un
respiro entre tanto frenesí, pero también pondrán a prueba todo lo que
hemos aprendido ya que harán uso de todas las técnicas que hemos ido
desbloqueando por el camino. Serán momentos más calmados, sí, pero
también exigirán mucha más puntería si queremos derrotar a esos seres
infernales que nos acosan.
No hay duda alguna de que la duración
del juego está bien trabajada. Más allá de sus largos niveles
(afortunadamente podremos recuperar la acción donde la dejamos si
deseamos salir de un nivel antes de completarlo), el componente arcade
es total y queda constancia de cada una de nuestras puntuaciones, tanto
para niveles individuales como para el cómputo global en cada uno de los
dos modos (JUGAR y JUGAR+). La inclusión de rankings mundiales es un
absoluto acierto y es algo que, sin duda, animará a más de uno a superar
sus infiernos particulares. Estos rankings ofrecen una vista completa,
incluyendo la opción de ver únicamente nuestra posición global, el top
de los mejores o únicamente las puntuaciones de nuestros amigos.
Fisura y psicodelia
Gráficamente
podríamos encontrar su mayor flaqueza, si es que tiene alguna. Aunque
sus entornos psicodélicos e infernales encajan a la perfección con la
atmósfera que desata el juego, no gozan de una variedad suficientemente
notable como para que no resulte monótono. No obstante, siempre he
considerado el tema gráfico como algo menor en estos tipos de juegos
donde la jugabilidad es el eje central, especialmente si hablamos de uno
rítmico. Si, diversión aparte, debemos centrarnos en un apartado es en
el sonoro y Thumper no cae en el error de descuidarlo.

Desde que
empieza notamos que su tema principal, con ritmos lentos y de temática
espacial, no es algo casual y dota de personalidad al juego. Ya metidos
en faena las músicas se vuelven explosivas y frenéticas, acompañando al
usuario en este viaje de locura y encajando, la mayoría de veces, con
las acciones que suceden en la pista. Mención aparte para el uso de los
bajos, que dan una fuerza inusitada a los combates en sintonía con el HD
Rumble. En fin, Brian Gibson está detrás de la música del juego y fue
una de las cabezas detrás de juegos como Rock Band. Nada más que añadir.
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