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Los anillos de poder.
Ha llovido bastante desde el lanzamiento de la primera entrega de esta franquicia que desde luego ha tenido sus más y sus menos en cuanto ventas si hablamos del mercado de Occidente. A dÃa de hoy con el tema de la emulación es muy fácil encontrar si no todos los juegos de esta saga traducidos al menos en inglés, pero en su momento el poder disfrutar de las primeras entregas ya no solo era un dolor de cabeza teniendo que tirar de la importación si no también en cuestiones de idioma pues solamente estaban en japonés. Asà pues, 13 años desde el lanzamiento del primer juego, finalmente una entrega de la franquicia llegó a occidente y lo hizo en Game Boy Advance, tÃtulo que además está anunciado como parte del emulador incluido en la suscripción online con paquete de expansión de Nintendo Switch, y desde entonces han ido llegando, aunque debido a las ventas ha estado en más de una ocasión pendiendo de un hilo. Para celebrar los 33 años del nacimiento de la saga, se lanza Fire Emblem: Engage que vuelve a beber muy directamente de la jugabilidad clásica de la saga y honra a anteriores entregas con la inclusión de diferentes personajes icónicos.
Una siesta de pijama y orinal
El Dragón CaÃdo es el mayor enemigo al que Elyos se ha enfrentado en todos sus años de existencia, un enemigo al que solamente puede hacerle frente los conocidos como Dragones Divinos que junto a sus compañeros de batalla intentan hacerle frente, finalmente el Dragón Divino Elear consigue derrotarle, pero al poner fin a la mayor amenaza conocida hasta la fecha cae en un profundo letargo. Desde esta batalla han pasado ya 1000 años, 100 décadas en las que Elear ha estado durmiendo siendo atendido por diferentes generaciones de vasallos hasta que de repente despierta. A pesar de todo lo vivido Elear no recuerda absolutamente nada, salvo como es lógico su nombre, pero el hecho de que haya despertado solo puede significar una cosa, El Dragon CaÃdo Sombrón ha regresado y deberá de reunir lo único que puede hacerle frente, los anillos emblema que permiten a su portador el poder invocar el espÃritu que está en el encerrado para poder usarlo en la batalla.
A pesar de que la historia en un principio no arranca nada mal, es cierto que a medida que iba avanzando he notado que empezaba a flojear. Me ha sido muy difÃcil poder conectar de alguna manera con el protagonista y asà mismo he podido encontrarme con algunos personajes llenos de clichés y con otros con una personalidad bastante más plana, obviamente esto va por gustos, pero si es cierto que cuando tienes un juego que bebe de una historia para poder transmitir también la jugabilidad esta se vuelve un elemento importante. Es verdaderamente una pena, en ese sentido creo que, ya no solo hablando de los tÃtulos más antiguos de la franquicia, sino también de actuales como Fire Emblem: Three Houses cuenta con una historia mucho más potente además de otras opciones que aquà se han simplificado, aun asÃ, creo que puede ser un punto interesante para empezar a iniciarte en la misma.
El toque estratégico, marca de la casa
Si algo ha caracterizado a Fire Emblem a lo largo de todos estos años es ese toque de RPG táctico que gusta a los amantes del género, y ya sabéis el dicho de que si algo funciona es mejor no tocarlo, algo que con esta entrega se lleva al pie de la letra. Como decimos no se aleja para nada de la jugabilidad de la saga y esa es precisamente su mejor baza en esta entrega, nos ofrece aquello que ya conocemos y que a su vez nos permite ajustarlo tanto para aquellos que buscan una experiencia mucho más cercana a la original, pero también para aquellos que buscan ir más tranquilos y disfrutar sin tener que sufrir algunas de las consecuencias de sus decisiones.
Si no has jugado aun a ninguna entrega de la saga permÃteme que te adentre en el maravilloso mundo del permadeath, opción que hace que todas aquellas unidades que caen en combate las perdamos para siempre. Este ha sido uno de los sellos inequÃvocos de Fire Emblem a lo largo de muchas entregas, un toque que añade todavÃa más si cabe tensión al jugador al ver como aquellos aliados que lo llevan acompañando a lo largo de toda la historia acaban llenando el cementerio y perdiendo su valiosa fuerza en los momentos que más se necesita. Pero también se piensa en aquellos jugadores que bien llegan de nuevas a la franquicia o por el contrario simplemente quieren disfrutar de la experiencia sin preocuparse de que las unidades se pierdan para siempre y decide desactivar esta opción, lo que hará que las unidades que pierden todos sus puntos de vida se vayan del combate para regresar en el siguiente. Aquà venimos con el debate de siempre cada vez que sale una nueva entrega, que, si jugar sin el permadeath es como no jugar a nada y demás, sinceramente usa esta opción si te apetece un desafÃo superior y si no, no la pongas y simplemente disfruta de su gameplay sin más.
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