Disgaea 4 Complete+

¡Acabemos con la corrupción a golpe de sardina!

Hay gente que no soporta los juegos japoneses por considerarlos complicados. Porque dicen, en sorna, que para ellos el rol no es más que una colección ilimitada de números y características, y multitud de fórmulas y atributos secretos que combinar para llegar al éxito. ¿Y sabéis qué? Tienen razón, ¡aunque a alguno de nosotros nos encanta! Y sin lugar a dudas, Disgaea 4 es uno de los mayores exponentes de esta complejidad y profundidad ilimitadas. Desarrollado originalmente para PS3 en 2011 y con una versión propia para Vita en 2014, Disgaea 4: A Promise Unforgotten llega ahora a Nintendo Switch, con todos los añadidos de A Promise Revisited y el resto de DLCs ya incorporados.

¡Acabemos con la corrupción a golpe de sardina!

Disgaea 4: Complete+ nos volverá a contar la misma historia que en las pasadas dos iteraciones. El juego está ambientado en el Netherworld (¿el Inframundo?) en el que suelen ambientarse la mayoría de los juegos de la saga. En esta ocasión, el protagonista será el vampiro Valvatorez, un tirano de élite que, tras un suceso muy importante en su vida, se ha visto relegado a un segundo, tercer, o incluso por qué no decirlo, décimo plano. Tras comandar ejércitos y tener todo el poder político a su alcance, lo rechazó todo, pasando a encargarse de una humilde prisión de Prinnies, los simpáticos pingüinos con pata de palo tan característicos de esta franquicia. Además, para horror de su lugarteniente/criado/amigo, el hombre lobo Fenrich, Valvatorez parece haber renunciado a todos sus poderes vampíricos, evitando la sangre a toda costa. Aunque bueno, hay que reconocer que su decisión de sustituir su dieta por sardinas es bastante más saludable que ir por ahí mordiéndole el cuello a la gente...

Valvatorez carece de toda ambición, hasta que el día de la graduación de su última clase de Prinnies, el gobierno corrupto del Netherworld secuestra a su clase. Abatido, Valvatorez se enfada tremendamente, ya que por culpa de este secuestro, no podrá cumplir la promesa que les hizo a los pingüinos de enseñarles las bondades de las sardinas. De esta forma, el vampiro se embarca en una misión cada vez más rocambolesca y extravagante para rescatar a sus Prinnies y así poder cumplir su promesa... aunque ello implique acabar con toda la corrupción política del Netherworld.

Estrategia por turnos a nivel absurdo

Dejando de lado las partes de historia, que parecen jugarse al más puro estilo novela visual, Disgaea 4 es en realidad un juego de estrategia por turnos. Si no habéis jugado nunca a un Disgaea, pero si conocéis títulos como Final Fantasy Tactics, Tactics Ogre o Advance Wars, ya sabéis como se juega a priori. Para los que no, el juego se separa en pequeñas misiones con objetivos propios, siendo el más habitual el acabar con todos los enemigos. Para ello, escogeremos a un grupo de demonios y personajes protagonistas que se irán uniendo a nuestro grupo, y los haremos aparecer en un campo de batalla. Entonces, podremos mover a cada unidad, siendo bastante importante su posición y hacia donde acaban mirando, y realizar acciones como atacar, lanzar hechizos, utilizar objetos u habilidades, o... las extrañeces normales de Disgaea.