Dicen los ingleses que la copia es la forma más sincera de adulación. Y es normal. No podemos evitar, desde que somos pequeños, de quedarnos con lo que más nos gusta y repetirlo hasta la saciedad. Palabras, colores, escenas de series que hemos visto. Esto nos define como personas. Y, como no podÃa ser de otra manera, cualquiera que haya intentado desarrollar un videojuego siempre ha intentado hacer una copia de otra cosa. Sin embargo, estos proyectos rara vez ven la luz más allá del entorno más cercano del desarrollador. Esto... no es lo que ha ocurrido en el caso de Metagal, una copia tan clara de Megaman que incluso se ha dejado algunos sprites traÃdos tal cual del original de Capcom.
Las aventuras de Meta
En el año 20xx, el general Creeper lidera una ofensiva contra el Dr. Ray, creador de las Gal, unas robots humanoides con poderes especiales, para hacerse con el control exclusivo de todas ellas. Por suerte para todos, Meta, otra robot, estaba fuera de casa cuando sucede el altercado, encontrándose el pastel al volver a casa. Tras adquirir unos poderes superiores a los de sus hermanas, tendrá que enfrentarse a ellas para salvar al Dr. Ray.
No hace falta mucho para darse cuenta del claro paralelismo entre el Dr. Ray con el Dr. Light, y el General Creeper con el clásico Sigma o Willy. Como ya dije antes, la mejor manera de describir al juego es como un clon de Megaman. Es decir, juego arcade de plataformas en el que tendremos que podremos elegir las fases a jugar, teniendo siempre que terminar una primera parte de plataformeo llena de enemigos antes de llegar al jefe final, del cual obtendremos un nuevo poder si le conseguimos derrotar.
Al igual que en el clásico de Capcom, el juego está plagado de secretos en sus niveles que nos permitirán mejorar a nuestra Metagal, a la vez que cada enemigo resulta tener sus propias debilidades contra armas especÃficas. Sin embargo, el juego está claramente desarrollado por aficionados, y resulta estar poco pulido. Desde errores de control y detección de colisiones, a algo tan molesto como no desactivar los puntos de reaparición de enemigos una vez han aparecido en pantalla o puntos de control exageradamente separados entre sÃ, el tÃtulo no consigue brillar con luz propia, quedándose en una versión de marca blanca de un conocido juego retro.