Tras una actualización con mejoras a nivel de usuario y 40 nuevos puzles gratuitos, nos metemos de lleno en el mundo de los Piczle para comprobar si la saga es digna de entrar en el hall de la fama de los famosos picross.
Una capita de pintura
Cuando el Sudoku se hizo popular en España su presencia se hizo constante en todos los medios de entretenimiento, desde los digitales hasta las páginas de pasatiempos de la prensa impresa. Con el paso de los años esto se ha ido diluyendo y prácticamente su reducto ha quedado limitado a medios escritos. En cambio, la popularidad de los juegos estilo Picross (también llamados nonogramas o simplemente “puzle japononés”) se ha mantenido en el mundo de las consolas gracias a un público fiel y a la constante búsqueda de la innovación. Y es en esa innovación donde tiene cabida este Piczle Colors, la tercera entrega de la serie Piczle, que Rainy Frog nos trae en formato digital.
El sistema de juego es bien conocido por cualquiera: tenemos una cuadrícula en blanco en la que tendremos que tachar los cuadros según las pistas que se dan en los márgenes. Cada número indicará cuántas casillas seguidas deberán pintarse en esa misma fila o columna. Nada más sencillo que eso.
La novedad de Piczle Colors dentro de su serie es que añaden los colores a la ecuación. Si bien en la edición tradicional debe dejarse un hueco libre entre cada número de la serie, aquí sólo nos indican cuántos cuadrados van de cada color. No indican orden en ningún momento. Así que tendremos que recurrir a los números rodeados por un círculo, que determinan que esos espacios de la cuadrícula deberán pintarse todos seguidos. Realmente el concepto no es nuevo. Lightwood Games ya incluyó en su serie de nonogramas el Block-a-pix Deluxe, que ya incluía colores, aunque las reglas eran algo diferentes. Más puzles de los que puedas resolver
Lo que más llama la atención de la serie Piczle es que el soporte con DLC gratuitos es continuo. El juego original, Piczle Lines DX, llegó a incluir más de 300 puzles a través de actualizaciones continuas. Su secuela alcanzó los 500 de un solo plumazo. Esta que analizamos hoy salió en enero con 300 puzles y ya ha recibido una actualización con 40 nuevos.
Las actualizaciones no son únicamente de contenido. En estos dos meses han recogido nuestras propuestas y han añadido mejoras de cara al usuario. Los controles se han retocado para hacerlos más amigables (aunque siguen siendo demasiado sensibles para mi gusto), se permite cambiar el color de fondo (el que viene por defecto es muy molesto) y alguna que otra mejora de accesibilidad.
Hemos visto que en soporte y contenido va sobrado. Quizás se queda un poco escaso en dificultad. El tema de los colores no es, en esencia, un incremento de la dificultad en sí mismo, sino una forma diferente de resolverlos. En los niveles más avanzados sí que tendremos alguna que otra encrucijada, pero no hemos visto nada realmente bloqueante. Quizás lo que menos me gusta, de forma personal, es que los puzles vayan desbloqueándose por bloques y, al llegar a un nuevo bloque, tengamos que “retroceder” a picross más fácilles y más pequeños nuevamente.
