En esta nueva entrega de las aventuras de Commander Video nuestro intrépido aventurero recorrerá espantosos y tramposos reinos en la búsqueda de su insolente enemigo Timbletrot que hará todo cuanto esté en su mano para que sufras una derrota tras otra. Soy Charles Martinet y esto es… ¡Runner3!
Runner3, Three!
La popular serie de auto-runner que vimos nacer en Wii creada por Gaijin Games (ahora Choice Provisions) cierra su tercera entrega esta misma semana en Switch y PC. Inicialmente formaba parte de una serie de juegos de ritmo llamada BIT.TRIP que cosechó mucho éxito por aquel entonces, cuando la estética pixel aún no había invadido nuestras consolas. Ser el único que combinaba música y plataformas lo convirtió en el mayor éxito de toda la serie y acabó teniendo su propia saga por méritos propios. Lo cierto es que echando la vista atrás cuesta imaginar cómo podían contenerse tanto sus creadores. Si en sus inicios la estética era completamente aséptica, basada en píxeles y polígonos simples, hoy en día se ha convertido en una bacanal gráfica. El equipo ha dejado libre su mente para plasmar en los escenarios toda clase de ideas locas que parecen el resultado de una noche desenfrenada entre Bobobo y Muchachada Nui.
Y nos encanta. Esa forma tan onírica, surrealista de plasmar escenarios basados en comida o mundos de pesadilla que acaban siendo la entrada a un juzgado es un completo acierto, pero también un riesgo. Es un riesgo porque supone un cambio de paradigma en lo que presentación se refiere. Ahora los entornos 3D cobran completo protagonismo y lo harán de formas que quizás no todo el mundo esté dispuesto a aceptar, afectando por momentos a la jugabilidad causando distracciones. Si bien es cierto que en BIT.TRIP Runner2 la cosa ya apuntaba maneras, la variedad de escenarios era casi nula y se encontraban prácticamente vacíos, con algún que otro elemento a modo de relleno. Eso cambia completamente en Runner3 y lo hace a lo bestia.
En el tema gráfico hay mucho trabajo detrás. Todos los niveles tienen un diseño propio, diferenciándose unos de otros, aunque puedan compartir una temática común en cada uno de los mundos. Los escenarios están llenos de elementos, la mayoría móviles y con unos buenos modelados, lo que termina pasando factura con tiempos de carga más largos de lo que nos gustaría y bastantes jaggies en pantalla, especialmente si ésta es de un tamaño considerable. Jugarlo en modo portátil no mejora los tiempos de carga, pero sí que elimina todos los problemas de pulido gráfico. No obstante, una vez en movimiento, el juego luce mucho mejor cuanto mayor es la pantalla, dando la sensación de que tenemos más tiempo para prever los obstáculos.
Menudo flow
Es obvio que la tónica general en Runner3 ha sido la de ir a lo grande con todo. Y es algo que no tiene por qué ser necesariamente bueno. A la mayor variedad de escenarios hay que sumarle niveles mucho más largos (de entre dos y tres minutos cada uno, frente al minuto que duraban en entregas anteriores), movimientos nuevos, inclusión de la tercera dimensión, vehículos y rutas alternativas, además de un modo retro que es prácticamente un juego nuevo. Lamentablemente no todas estas novedades son aciertos, no del todo.
