Prepárate para una tanda de retos roguelike solo o acompañado.
Godbreakers es un roguelike de acción en tercera persona que mezcla combates frenéticos con mecánicas estratégicas y una pizca de fantasía futurista. El juego viene de la mano de To The Sky y lo publica Thunderful Publishing. Con un puñado de buenas intenciones busca hacerse un hueco entre los nombres del género mediante un sistema de combate fluido, enemigos memorables y una propuesta cooperativa que brilla por momentos.
Un mundo roto, un combate redondo
El juego nos sitúa en un futuro lejano donde la humanidad ha sido consumida por inteligencias artificiales muy avanzadas, y nosotros encarnaremos a un guerrero resucitado. Nuestra tarea será enfrentarnos a dioses y criaturas poderosas (como a nosotros nos gustan) para recuperar lo que la humanidad perdió. El lore está presente si buscas leerlo, pero Godbreakers prefiere dejar que el combate sea la estrella principal. Como muchos de estos juegos, su narrativa queda en un subtexto dando paso al verdadero protagonista: el combate.
Roguelike con brillo… y con sombras
Y es que es en el sistema de combate donde se cimienta la experiencia de Godbreakers. Como abanico de posibilidades contaremos con los ya estandarizados ataques ligeros y pesados para realizar combos fluidos, la necesidad de realizar esquivas precisas y la posibilidad de cancelar animaciones en cualquier momento. Y es aquí donde el título aporta una sensación de control excepcional en cada encuentro.
La mecánica de Godbreak, nos permitirá derrotar a enemigos debilitados, absorberlos y liberar un ataque devastador con sus habilidades. Empezaremos a atizar a los enemigos y cada tipo de enemigo tendrá un “momento de quiebra” donde su vida pasará a un tono verdoso y es aquí donde si pulsamos el botón adecuado absorberemos a este enemigo generando una explosión menor, pero guardándonos una de sus habilidades. De este modo, la mecánica de Godbreak añade una capa táctica interesante que recompensa la agresividad y la planificación, dándole profundidad y frescura a un sistema de combate de sobra conocido.
El cuanto al diseño de Godbreakers no se aleja de la fórmula clásica del género. Morir, renacer, pelear, repetir. Con cada nuevo intento desbloquearemos mejoras, elementos estéticos y nuevas formas herramientas para abordar las diferentes run. Hay seis escenarios distintos, representados como planetas y en cada uno encontraremos un estilo visual y catálogo de enemigos autóctonos.
Sin embargo, aquí es donde el juego encuentra sus principales debilidades. Incluso teniendo cada mundo su propia personalidad, es en la variedad entre runs donde vemos su limitación. Algunos combates y encuentros tienden a repetirse con pocos cambios significativos, dando como resultado un juego con un amplio abanico de posibilidades… para que acabes haciendo siempre lo mismo.
La progresión también es algo controvertida. Si bien es cierto que podremos desbloquear diferentes clases con habilidades únicas y equipamiento o armas diferentes para personalizar tu estilo de combate, los objetos especiales o las habilidades no siempre se sienten tan impactantes como deberían en el avance del personaje. Lo que acaba por vestir un juego que podría ser pintón de algo más genérico.
La curva de dificultad de Godbreakers es exigente, especialmente si juegas en solitario. Conforme avanzamos y desbloqueamos los distintos modificadores de dificultad, los enemigos se vuelven cada vez más duros y sus patrones de ataque requieren de mayores reflejos y precisión.
También hay que decir que las misiones secundarias y algunos objetivos opcionales se pueden sentir algo ambiguos. Pero la satisfacción de derrotar a un jefe poderoso o superar una run especialmente difícil es una sensación muy gratificante.
Mejor en compañía
Donde Godbreakers realmente puede resultar más interesante es si nos adentramos en su modo cooperativo para hasta cuatro jugadores. En las distintas incursiones vamos a encontrarnos rodeados por enemigos que generarán situaciones de combate mucho más caóticas. Como resultado, los patrones de los enemigos se vuelven más exigentes y la coordinación entre compañeros puede marcar la diferencia entre la gloria o una derrota brutal. Va a ser necesaria una buena comunicación para lograr el éxito en cada incursión.
De este modo, tendremos que adaptarnos rápidamente a los distintos arquetipos de nuestros compañeros, desviar ataques enemigos y aprovechar los espacios en el mapa para poder combinar las habilidades absorbidas de los distintos enemigos con nuestra pericia a los mandos. Es cierto que incluso en solitario podremos tener una serie de combates muy divertidos, pero en compañía la adrenalina se multiplica, y es aquí donde el juego brilla.
Un apartado gráfico y sonoro que cumple
A nivel gráfico, Godbreakers apuesta por un estilo muy colorido y llamativo, donde destacan escenarios bien definidos que mezclan ciencia ficción y fantasía oscura. Cada uno de los 6 mundos que abordaremos se diferencia lo suficiente mediante su fauna y características propias. Los diseños de enemigos y jefes destacan son lo suficientemente variados como para no aburrir y derrochan personalidad, aunque es verdad que al no ser un estudio grande puede notarse la reutilización de algunos elementos tras varias horas de juego.
El apartado sonoro no desmerece la acción, añadiendo una composición musical y efectos que visten la intensidad de los combates, pero dista mucho de ser piezas memorables. En general, el conjunto audiovisual cumple su función de sumergirte en el caos del combate sin distracciones innecesarias, pero quizá habría sido un poco más agradecido algo más de cariño aquí.
Conclusión
Godbreakers es un roguelike cuya propuesta de acción táctica y frenética se ve potenciada con la planificación estrategia de sus combates. Su sistema es intuitivo, con una interesante mecánica absorción de poderes y con un cooperativo brillante que lo convierten en una opción recomendable para los amantes del género, incluso sin ser la experiencia más profunda del género.
No es perfecto, puede parecer repetitivo en runs muy largas y su progresión no es la más inspirada, pero su ritmo frenético lo posicionan como una propuesta sólida para quienes buscan una experiencia de acción sin pausas.
Al momento de lanzamiento, Godbreakers ofrece una experiencia sólida, que sin ser perfecta está cerca de lograr la dosis correcta de profundidad. Con solamente seis escenarios principales puede parecer limitado para quienes buscan la variedad infinita en sus roguelikes.
Sin embargo, parece que la firme determinación de los desarrolladores de seguir creciendo dibuja un mapa de actualizaciones gratuitas planificadas, con nuevos desafíos, modificadores, piezas estéticas y necesarios ajustes al equilibrio. Parece que el equipo detrás To The Sky pretende mantener la experiencia fresca a través del tiempo. Veremos si lo logran y poco a poco este juego, con unos mimbres bien sólidos, se acaba por convertir en un título diferencial.
