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GRÁFICOS Y SONIDO
No hay más que echar un vistazo a imágenes estáticas para descubrir que no estamos ante un alarde gráfico precisamente. Los chicos/as de Blade Interactive han creado un motor sencillote sin excesivas florituras, aunque si funcional y en general pasable. Pocket Racers arranca con una intro pre-generada por ordenador bastante decente que narra el principio de la historia, los jóvenes en la fiesta y su posterior transformación en bólidos. Tras este telón de acero se halla la verdadera apariencia del videojuego; los diseños de los bólidos no son nada del otro mundo, no destacan ni en su modelado ni en su proyección dentro del videojuego, sobre todo por el uso de texturas de nula calidad que confieren un aspecto de dejadez que afortunadamente se corrige medianamente con los escenarios. En total hay dieciséis vehículos jugables para elegir, una cifra que no es excesivamente alta pero que tampoco se queda corta.
En cuanto a los escenarios, como bien se ha adelantado, están algo más cuidados, no en su factura técnica (gráficamente todo el conjunto es bastante justo), pero si en el trabajo de diseño. Los entornos no son carreteras ni superficies boscosas, ni montañas ni nada similar, están ubicados en sitios más cotidianos, la cocina de casa, una habitación desordenada, una fábrica…no hay que olvidar que los personajes son "mini coches". Por otro lado cabe destacar la multitud de obstáculos variopintos como latas, botellas y otras cosillas que entorpecen el paso al jugón (y a los contrincantes). También es remarcable el uso de la tecnología Havok para las físicas de los coches y algunos elementos del entorno, que responden diferente dependiendo de donde se golpeen. El framerate (o tasa de cuadros por segundo en nuestro idioma) no permanece estable, se dan ralentizaciones que francamente podrían haberse evitado, más viendo que el motor gráfico no explota ni mucho menos las capacidades de Play Station Portable. Los efectos de luz por su parte cumplen su cometido, sin destacar nuevamente. Por último comentar que el videojuego está traducido al castellano.
El apartado sonoro tampoco es nada del otro barrio. La banda sonora compuesta para Pocket Racers cuenta con un par de temas cañeros que se vuelven repetitivos a la primera de cambio, aunque ciertamente pasan bastante desapercibidos. Se echan en falta más piezas, mayor variedad y por supuesto mayor calidad. El resto del apartado lo componen los habituales rugidos de motores, explosiones y silbidos de las armas como los misiles y demás. En definitiva, todo muy mejorable.
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