Estas charlas servirán no sólo para entretenernos, sino que
también desbloquearán los extras del juego. Es decir, esto sustituye al
dinero de la anterior parte. Ya no hay tienda en el juego, por lo que
todo se desbloqueará viendo Social Links. Por un lado, requiere más
esfuerzo, pero por otro lado, nos salva de tener que jugar una y otra
vez la misma canción para obtener dinerillo con el que sacar el
siguiente traje, y es mucho más satisfactorio. Y además, el juego está
en completo castellano, todo un hito para la saga en nuestro paÃs,
aunque sólo sea un spin-off.
No sólo tendremos desbloqueables
cosméticos, sino que también desbloquearemos componentes como
modificadores de dificultad, la posibilidad de tener varios personajes
acompañándonos en una canción para las rachas de fiebre, o el poder
visitar las habitaciones de nuestros compañeros en la residencia.
¿Alguna vez os habÃais preguntado qué demonios tiene Junpei bajo la
cama? ¿O cómo es la habitación de Yukari? Os reconozco que la respuesta
es más divertida de lo que pudierais esperar.
Un paso adelante
A
nivel técnico y visual, el juego se ve bastante mejor de lo que cabrÃa
esperar de un spin-off de un género menor como el musical. Aunque el
juego no tenga nada que hacer contra tÃtulos como Dragon Ball Fighterz,
su interpretación del estilo anime, limpia clara y pulcra, es una
delicia para la vista. Sin ralentizaciones ni puntos flacos, el juego
funciona perfectamente en nuestras PS4, si bien os reconozco que el
juego se jugará mejor en una pantalla pequeña antes que en una grande.
El motivo es sencillo... puesto que las notas se van siempre hacia los
extremos de la pantalla, es demasiado fácil que se nos escape alguna
nota. Además, no sé si será el color azul predominante en el tÃtulo o
qué, pero es super fácil aturullarse cuando empiezan a salir multitud de
notas en pantalla. Sin duda, el juego es más difÃcil que P4D.
Me
llama mucho la atención la compatibilidad del juego con PS VR, ya que
si disponemos de las gafas de realidad virtual de Sony, podremos tanto
ver las coreografÃas en vivo y en directo, como explorar las
habitaciones de nuestros amigos en persona. Un detalle que seguramente
no os venderá las gafas, pero que agradará a quienes ya las posean.
A
nivel sonoro, el juego mantiene la esencia del original, que es
ofrecernos 25 canciones, algunas sacadas del juego original, y otras
remezcladas, a la vez que nos pone coreografÃas de lo más chulas en
pantalla. Aquà radica una de las pegas del juego... y es que bajamos de
las más de 30 canciones de P4D a sólo 25. Podremos adquirir más de 20
canciones nuevas si compramos el DLC correspondiente, pero no puedo
evitar sentir un repelús al pensar que una secuela lleva menos contenido
que el original.
Al menos, un plus que tiene P3D con respecto a
P4D es que en esta ocasión sà tendremos canciones especiales sin
necesidad de pagar por ellas. En concreto, Hymn of the Soul (versión de
Daisuke Asakura) transformará a los chicos de Persona en una boys band
koreana por unos minutos, Memories of You (versión de Atlus Meguro) que
hará lo propio pero con las chicas, y Laser Beam, una actuación extraÃda
tal cual del concierto Persona Super Live P-Sound Bomb!!! de 2017. Con
respecto a las canciones normales, tenemos de todo. No podÃa faltar Burn
My Dread en versión original, junto con otras mÃticas, pero las
versiones... la mayorÃa se decantan hacia el lado más maquinero y
machacón. El juego cuenta con remezclas de artistas como Yuu Miyake
(Katamari Damacy), Yuyoyuppe (Vocaloid) o Hideki Naganuma (Jet Set
Radio), y os lo aseguro. Hay más de una versión que no os resultará nada
fácil de reconocer.
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