Nos encontraremos con puertas por las que no podremos avanzar
hasta obtener una determinada habilidad, ya sea visión nocturna, un
filtro para nuestra máscara de gas o munición especial para enemigos
invulnerables, obligándonos a volver atrás y repensar nuestra
estrategia. Aunque no os creáis que esto da para mucho. Las tres
habilidades que he mencionado son las únicas tres habilidades que
requeriremos para completar el DLC. Una vez lo hagamos, tendremos un
minijefe, y un jefe final mucho más digno de la saga Resident Evil,
recordando a los Tyrant antiguos, y fin.
No obstante, el DLC
merece la pena, aunque sólo sea por la parte más avanzada del mismo,
cuando abandonemos las minas en las que empezamos y nos adentremos en
uno de los laboratorios de las Conexiones (o... a ellos creo que
pertenece todo eso). Encontraremos mucha más informacion sobre Evie y
los motivos de Lucas, dando ese puntillo que nos faltaba a la historia, y
cerrando prácticamente todos los cabos sueltos que quedaban alrededor
de esta nueva amenaza. End of Zoe (15 euros, incluido en la Edición Gold o con el Pase de Temporada)
El
segundo DLC por nivel de importancia de este Resident Evil 7 responde a
una pregunta muy simple... de los dos finales, ¿cuál es el canónico y
cuál no?. Nada más comenzar, reviviremos el momento en el que Ethan ha
de elegir entre inyectar el suero a su mujer, Mia, o a la servicial hija
de la familia Baker, Zoe, puesto que ambas estan infectadas, pero sólo
una podrá curarse. En el juego principal, esta decisión nos atañe a
nosotros como jugadores, desbloqueando finales diferentes, pero el DLC
deja claro que Ethan favoreció a su mujer frente a su nueva amiga.
Como pasa con Not a
Hero, el estilo de juego en End of Zoe varÃa bastante, al igual que
nuestro personaje protagonista. Joe, un hombre de campo, aparte de tener
una salud de caballo, está más habituado a trabajar con sus manos que
Ethan, lo que le permite liarse a puñetazos contra los holomorfos. Si,
literalmente. Nos pasaremos la mayorÃa del DLC lanzando combos de
puñetazos contra los enmohecidos, pillandoles por la espalda para
explotarles la cabeza como si de una sandia se tratara, y cazando
caimanes con jabalina. Muy propio de un programa de Discovery Max.