TAPE: Unveil the memories

Una vez más me encuentro aquí, trayendo lo que me ha parecido un juego de cosecha nacional, algo que casi siempre me ha traído más alegrías que tristezas demostrando que el talento que hay en nuestro país es algo a tener muy en cuenta. Hoy nos alejamos de adaptaciones de películas al videojuego de mala calidad como ya me pasó con MalnaZidos para traeros la propuesta de un joven estudio madrileño BlackChiliGoat que lanza TAPE: Unveil the memories en PlayStation 4 y Steam trayéndonos una interesante historia de misterio ambientada en un pueblecito gallego en la década de los 90.

El sonido de un teléfono, ese sonido que se te puede llegar a meter completamente en el cerebro y taladrarte con el si no hacemos que se silencie lo antes posible. Ese sonido que levanta a la joven Iria de su siesta mientras que afuera el tiempo hace de las suyas en el pequeño pueblo gallego de Antumbria, una noche como otra cualquiera en la que está sola en casa pues su madre tiene que cerrar el negocio en el que trabaja, un cierre que últimamente se está repitiendo en exceso, pero a lo que parece que Iria ya se ha acostumbrado. El teléfono deja de sonar, ya llamarán otra vez piensa ella y da una vuelta por la casa hasta que en su habitación ve una cinta de vídeo que no estaba ahí la última vez que estuvo, una cinta que indica que es para ella. Extrañada, pero también con curiosidad decide poner la cinta en el salón para ver que contiene aquel misterioso objeto que va a su nombre, le da al play y nada en pantalla. Lejos de pararla sigue la cinta en marcha hasta que finalmente una imagen empieza a verse, su padre, desaparecido hace tiempo se sienta en una silla frente a la cinta pidiendo su ayuda, antes de darse cuenta y sin saber cómo Iria acaba siendo transportada a un misterioso hospital donde buscará las respuestas a las preguntas que lleva tiempo haciéndose y quien sabe si poder salvar a su desaparecido padre, un famoso director de películas de terror.

Con esta sencilla introducción nos metemos de lleno en esta historia que ya os adelanto que nos va a tener pegados a la silla durante unas cuantas horas. Los primeros movimientos son confusos por la facilidad que tenemos moviéndonos a los lugares exactos, la verdad es que parece que estábamos más ante un juego que nos iba a llevar de la mano a que nos pusiera en algún aprieto, de esos que te hacen sudar para saber a dónde ir. 

Como decimos era la primera impresión ya que cuando cogemos la vieja cámara de nuestro padre la cosa ya se empieza a poner interesante ya que con ella podemos retroceder el tiempo de ciertos objetos, así como avanzarlo o ponerlo en pausa. Todo tiene sentido una vez que empezamos a trastear con ella y comprendemos que el poder de la cámara no es ilimitado, tenemos una cantidad límite de "tiempo" que podemos usar con los objetos y que tendremos que recargarlo para poder seguir usándolo y por consiguiente avanzar en el juego. ¿Como la recargamos? en ocasiones nos encontraremos un caballito balancín de madera en el que podremos añadir el tiempo, pero este no será el único elemento ya que hay otros objetos en ocasiones que nos permite ganar ese tiempo necesario para completar algún puzle, hay que mirar siempre que podamos.

Lejos de la ambientación del hospital que ya de por si nos tiene en tensión posiblemente más de la cuenta, también tenemos que tener cuidado con un monstruo que aparece en ciertas situaciones y que nos lo pondrá un poco más complicado, pero tampoco en exceso. Como decimos este monstruo, formado por lo que parece ser cinta de cámara con el que se graban películas, no siempre va a estar presente por lo que vamos a tener muchas más secciones libres de el que teniendo que escondernos para que no nos encuentre mientras realizamos incluso puzles para poder seguir avanzando en la historia.