Sekiro: Shadows Die Twice

PC, PlayStation 4, Xbox One
9.8
Sekiro: Shadows Die Twice 10 TodoJuegos
Publicado el 06-05-2019 a las 22:49 Página 1 de 4   >>   
Autor: Alejandro "Sandor" Dobeson

Las aventuras del lobo sin brazo y su señor.

From Software. Estas dos palabras levantan todo tipo de sentimientos en muchísimos jugadores, cuando irónicamente, esta empresa era prácticamente una desconocida hasta mediados de la pasada generación. Lo mismo se podría decir de Hidetaka Miyazaki, un hombre que pasó de crear juegos como Armored Core a convertirse en uno de esos nombres propios que se repiten hasta la saciedad en cualquier tipo de foro de videojuegos de internet. No creo que haga falta más introducción para hacernos a la idea de donde viene Sekiro: Shadows Die Twice, y qué cabe esperar de ello. Pero os adelantaré una cosa. Os reconozco que tengo algo de animadversión hacia la saga Dark Souls por varios motivos. Y sin embargo, Sekiro me ha encantado. ¿Qué ha pasado entre esa saga y esta?

El lobo sin brazo y su señor

Si somos perros viejos de la saga Souls, estaremos ya acostumbrados al toque de Miyazaki en sus juegos y su manera tan particular de entender la narrativa. Sin embargo, tengo la sensación de que ya desde el primer momento, Sekiro: Shadows Die Twice muestra una evolución en su forma de contar historias, dejando menos a la interpretación, siendo menos vago, y ofreciéndonos más información de antemano en forma de interacciones y escenas. No os quiero llevar a engaños, no quiero decir con esto que el juego se haya transformado en una película interactiva como Metal Gear Solid, pero la escena inicial será muy reveladora.

Nuestro protagonista, un shinobi sin nombre, es un huérfano abandonado en un campo de batalla cualquiera de la tumultuosa era sengoku de Japón. Por suerte para él, será adoptado por un shinobi llamado el Búho, el cual le instruirá en las artes marciales del asesinato, para ponerle al servicio de la familia Hirata, vasallos de los Ashina. Acabará obteniendo el sobrenombre de "lobo", gracias a su habilidad y fiereza.

Nuestro lobo despertará una noche con la misión de ir a rescatar al heredero divino del clan Hirata, ya que son muchos los enemigos que ansían su sangre. Lamentablemente, el lobo se encontrará con Genichiro Ashina, el cual no se contendrá a la hora de detenernos, privándonos del brazo izquierdo y dándonos por muertos. Sin embargo, este no será el final para nuestro protagonista, que despertará en una maltrecha choza, junto a un anciano tan grotesco como enigmático. Este escultor de figuras de Buda se nos revelará como nuestro salvador, si bien nos avisará del grave peligro que corre nuestro señor, ya que en su interior se esconde el acervo del dragón, el secreto capaz de otorgar la vida eterna. Y por suerte o por desgracia para nosotros, parece que el heredero no querrá dejarnos marchar tan fácilmente.



Combate rápido y brutal

Si ya conocemos la saga Dark Souls, os podéis empezar a hacer una idea de lo que nos espera en Sekiro, pero, ojo. En mi opinión, el juego difiere bastante de la fórmula habitual, y es precisamente en estas variaciones, donde he acabado encontrándole el gusto que tanto se me escapó entonces. Si bien en Dark Souls teníamos una gran variedad de armas, y debíamos tener siempre en cuenta nuestra barra de energía para no quedarnos vendidos en mitad del combate, Sekiro le da la vuelta al concepto, y nos ofrece a un protagonista que dedicará su vida única y exclusivamente a la katana, y de forma incansable en primer lugar.

 


Caratula

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