Warhammer: Vermintide II

Cuando las ratas y el caos van de la mano. Poneos la antirrábica, ¡os hará falta!.

Hace ya casi dos años que Fatshark nos demostró que, en el mundo de los videojuegos, la falta de originalidad no conlleva un mal producto. En octubre de 2016 sacaron su propia versión del famoso Left 4 Dead, juego de disparos en primera persona cooperativo que nos invitaba a pelear contra hordas de zombies en una ambientación actual. Por su parte, los suecos de Fatshark se quedaron con el componente jugable, y se buscaron una nueva ambientación, más original, y consiguieron hacerse con los derechos para ambientar su juego en el mundo de Warhammer Fantasy, cambiando a los humanos por el imperio, y a los zombies por los skaven. Hoy volvemos a este mundo, con los mismos cinco supervivientes, peleando contra las mismas ratas de antes, pero con un nuevo enemigo aún más temible: los guerreros del Caos.

El Viejo Mundo está en peligro

La historia del juego continúa exactamente donde acabó la del anterior. Pese a nuestros muchos esfuerzos, nuestro valeroso grupo de héroes acaba siendo apresado por los malditos skaven, los hombres rata, y lamentablemente, no consiguen evitar la apertura del portal del Caos, provocando la invasión de todo tipo de monstruosidades. Por suerte para Markus, el imperial de la primera entrega, algo va mal en el ritual, y el portal explota, dejando a medio ejercito al otro lado, y liberándole. Nuestra primera misión será escapar del nido skaven junto con nuestros compañeros, y una vez fuera, reunirnos con nuestros antiguos aliados para ver cómo afrontar esta nueva invasión de ratas y monstruosidades de Nurgle, el dios del Caos dedicado a la enfermedad, la pestilencia y la basura.

A la hora de la verdad, como ya pasó en el juego anterior, esto se traduce en un juego con una narrativa mucho más cohesionada que la que pudimos ver en Left 4 Dead. La historia se divide en tres actos, que a su vez se dividen en cuatro capítulos diferentes, lo que nos da un total de 12 niveles diferentes que jugar. La estructura narrativa es muy similar a la que ya vimos en la anterior parte. Comenzaremos siempre en la fortaleza del cuerno de Taal, donde podremos charlar con diferentes personajes, y equiparnos para la siguiente misión. Una vez estemos listos, seleccionaremos a qué capítulo enfrentarnos y seremos teletransportados allí. Cada misión viene a durar unos diez minutos, dependiendo en gran medida de la dificultad seleccionada, nuestro modo de juego y el tamaño de nuestro grupo, pero os aseguro que el juego da de sí para centenares de horas.

Es indudable que el juego se disfrutará mucho más si tenemos a un grupo de otros tres amigos con los que jugar, pero nada nos impedirá lanzarnos a la aventura haciendo grupo con desconocidos, de manera que obtengamos mejores recompensas al finalizar la partida. Lo malo de este modo de juego es que... el título pasa totalmente de ser algo consecuente a la hora de seleccionar la siguiente misión a jugar. Quizás sea nuestra primera partida, que si creamos una partida multijugador y esperamos a que aparezca gente aleatoria, lo mismo acabamos jugándonos la última misión nada más empezar. También parece ser incapaz de llevar una cuenta de las misiones jugadas en la misma sesión, provocando que el mismo grupo de amigos (o de randoms) juegue hasta dos y tres veces seguidas la misma misión. Es algo incomprensible.

Una vuelta de tuerca rolera

Con respecto al mecanismo jugable en sí, no puedo evitar dejar de nombrar a Left 4 Dead, el clásico de Valve de 2008, ya que las referencias son clarísimas y directas. El juego, grosso modo, es un juego de disparos en primera persona que nos hará enfrentarnos a cientos de enemigos mientras intentamos sobrevivir y llegar al final de la misión en cuestión. La mayoría de estos enemigos serán muy débiles, pudiendo acabar con ellos de un sólo golpe, pero los problemas empiezan cuando nos encontramos a los enemigos "especiales". Si en el juego de Valve teníamos al sigiloso Hunter, capaz de saltar e inmovilizar a un enemigo, en Vermintide tenemos su equivalente Skaven, un asesino que es capaz de despachar en pocos segundos a cualquier miembro del equipo que esté un poco despistado. También tendremos nuestras propias versiones del famosísimo Tank, siendo en esta ocasión monstruosidades del Caos, y diferentes tipos de ogros, tanto ratiles como biliosos.