La cámara permanece fija en un punto del escenario, cambiando a otro punto cuando el personaje se aleja suficiente o toma una esquina. Al tratarse de un juego en VR, el movimiento de la misma se efectúa con el movimiento de nuestra cabeza, ofreciendo una experiencia muy cómoda, similar a la vista en el juego Chronos.
El control, que cuenta con un desplazamiento clásico y un abrupto sistema de combate, nos permite avanzar por las desoladas estancias de un laberinto que se muestra un recorrido excesivamente lineal. Apenas tendremos que desandar nuestros pasos en alguna ocasión y solucionar puzles tan básicos que casi se resuelven solos. En puntuales ocasiones combatiremos con criaturas, que prefiero no desvelar, mediante unas mecánicas poco pulidas pero que rezuman buenas intenciones. Una ambientación intrigante
La ambientación está bien conseguida gracias al conjunto de escenarios, luz, personajes, sonido y narración. Durante la breve aventura (de cerca de dos horas) recuerdo algunos momentos atractivos que, sin resultar anonadantes, ya merecen el juego. Recolectar los coleccionables que se encuentran repartidos por el mundo, permiten acceder a un final alternativo. Posiblemente este sea el único motivo por el cual podrÃa apetecernos jugarlo una segunda vez y prolongar un poco más la inversión en este tÃtulo.