Contrastando con la pureza de la jugabilidad, nos encontramos con un apartado grafico completamente renovado. Lejos quedaron los sprites 2D de limitadas animaciones que hicieron nuestras delicias hace más de una década. Ahora es tiempo de las 3D y Capcom ha sabido implementarlas en este juego que fue diseñado desde el principio como un beet em up, puro y bidimensional. En nuestros recuerdos queda aun la desagradable aparición de Street Fighter EX, que fue realmente la primera incursión de esta saga en las tres dimensiones. Dicho titulo apareció para la primera Playstation y mostraba, de una manera muy poco afortunada, los personajes de siempre, con poligonales diseños de dudosa calidad, movimientos increíblemente lentos y una jugavilidad que llegaba a desesperar.

Afortunadamente, Yoshinori Ono ha sabido aprender de sus errores y ha logrado ofrecer una excelente calidad grafica, con técnicas de cell shading avanzado y animaciones tremendamente fluidas que encajan perfectamente con la estética mostrada en la secuencia de introducción. Su constante enfoque 2D durante los combates, tan solo es sustituido en los momentos en los que disfrutamos de las escenas de presentación de los combatientes o, muy brevemente, en animaciones especiales desencadenadas por un movimiento Ultra o agarre especial. Podemos afirmar, por lo tanto, que el cambio de entorno grafico no ha sido en absoluto traumático y mas allá incluso diríamos que ha sido todo un acierto dadas las exigencias del jugador contemporáneo.
Los modelos de los luchadores tienen un inmejorable acabado, tanto a la distancia que nos ofrece su situación en el ring, como en acercamientos a pie de escenario en los momentos de celebración, cuando podremos distinguir con nitidez detalles tan sobresalientes como los trazos de pincel que dibujan sus cuerpos. Las animaciones con las que se muestran vivos, se presentan todo lo fluidas que se podría desear, combinándose técnicas de realización tan dispares como el motion capture y la animación manual tradicional y obteniéndose, de tal manera, unos excelentes resultados en su presentación final.
La animación facial, juega por primera vez un papel importante. Rostros de dolor, sorpresa, furia o tristeza han sido recreados como si de una película de animación se tratara, para transmitirnos los “sentimientos” de cada individuo durante los combates. No podremos contener la risa al ver los ridículos “caretos” de Dan, o las exageradas muestras de dolor de Blanka al sufrir un fuerte daño, al igual como nos alegraremos al celebrar la victoria con la misma felicidad que Chun Li o Sakura.

Los escenarios son en cambio el punto flaco de este apartado. Pese a que la mayoría de ellos muestran una complejidad y belleza admirable, no son pocos los que parecen carentes de detalles y algo “sosos” en comparación a sus vecinos.En los dos extremos de la balanza se encuentran, el escenario de Chun Li, recreado para la ocasión con excelente lujo de detalles, entre los que podemos encontrar viandantes que se ven influenciados por el combate, puestos de venta de comida, animales etc. Y por otro lado en simplísimo emplazamiento ambientado en la ladera de un volcán, donde tan solo veremos lava fluyendo y salpicando, sin tan siquiera llenar media pantalla de elementos.
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