Y así daba comienzo el Homenaje al Videojuego dentro del teatro
Jovellanos junto con Shigeru Miyamoto, el padre del videojuego moderno.
Un momento histórico tal y como recalcaba Toni Garrido, maestro de
ceremonias del evento. Aunque había sido el comentario humorístico
durante semanas, se hizo realidad: una gaita asturiana abría el evento
haciendo sonar el tema principal de The Legend of Zelda, una de las
sagas más emblemáticas de Nintendo, creación del propio Miyamoto.
Después vinieron la canción de las tormentas y la mismísima Nana de
Zelda. Tras el fervor inicial varios exponentes del arte reciente de
nuestro país pasaron por el escenario: Isabel Tallos, Fernando Marías, Enrique Gato y Gonzo Suárez
para hablar sobre cómo influyeron los videojuegos en sus trabajos y de
cómo Miyamoto consiguió ser el la gran influencia a lo largo de toda su
carrera. El momento de mayor emoción llegó cuando el esperado personaje
hizo aparición en el escenario, momento en el que el teatro rompió a
aplaudir fervorosamente durante largo tiempo. Miyamoto, siempre
sonriente y agradecido, no dudó en inclinarse ante sus seguidores e
imitar a Super Mario en su famosa pose con el brazo en alto, lo que
siempre acaba con la carcajada general. Shigeru ya se había metido a los
asistentes en el bolsillo como si de un Pikmin se tratasen. Otra vez.

La
primera muestra de su creatividad vino con uno de sus dibujos que el
público siguió en absoluto silencio acompañados por la emotiva música
del ensamble del auditorio. Allí dibujó la cara de Mario, firmada por él
mismo y acompañada de un saludo “HOLA” a quienes allí se encontraban.
Después vino una entrevista en tono desenfadado en la que Miyamoto, a
veces sorprendido, siempre encajaba con la mayor de las sonrisas.
Destacamos el momento en el que no pudo aguantar la risa cuando Garrido
le preguntó si sería posible hacer una versión especial de Brain
Training: especial crisis. Lo cierto es que no hubo grandes preguntas
novedosas, nada a lo que el genio no haya tenido que enfrentarse en
cientos de ocasiones. Pero el evento resultó ser emotivo y Shigeru
consiguió transmitir esa felicidad que irradia en cada una de sus
intervenciones. Al finalizar el acto se despidió de todos con una gran
ovación mientras que a la gaita sonaba el tema más conocido de Super
Mario Bros.

Pero el contacto de Miyamoto con los fans no
terminaba ahí y cientos de ellos decidieron agolparse en la salida
trasera del teatro, donde los coches oficiales esperaban la salida de
los participantes en el evento. La policía tuvo que intervenir para
poder crear un pasillo por el que evacuarlo. Miyamoto, en su despedida
final y manteniendo la sonrisa, agradeció a todos su paciencia y se
disculpó señalando el reloj. La agenda de Palacio no perdona.
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