Dynasty Warriors Fighters Battle

Matando chinos

Los fans de esta saga, entre los que me incluyo, son gente que en pro de una buena experiencia de juego y horas de diversión son capaces de sacrificar gráficos, sonido y lo que haga falta. Seamos realistas, los Dynasty Warrior dan asco visualmente hablando. Ya en las versiones PS2, Xbox e incluso en aquel aborto de juego para la GBA lo daban. Pero que importan los gráficos cuando detrás se esconde un concepto de juego interesante. Organizar ejércitos para conquistar China en tiempo real (basándose en la obra romántica de los Nueve Reinos) lo es, y  más aún cuando se hace en forma de Beat´em up. Muchas veces se le ha acusado de tener un desarrollo repetitivo y poco profundo (cierto... a medias) pero una vez sumidos en el fulgor de la batalla nada importa más que conquistar al adversario. Hypnotizados por el obsesivo contador de muertes pasamos largas horas machacando botones. Eso es diversión. Las consolas portátiles siempre han supuesto un interesante reto para los desarrolladores que buscan trasladar juegos populares desde consolas de mesa. Por supuesto, la gran diferencia de tecnología es uno de los factores principales a tener en cuenta antes de emprender esta aventura, pero también hay otras circunstancias importantes como el formato de la pantalla o la habitual limitación de controles.

El juego de Koei para sus hermanas mayores, utiliza docenas de modelos poligonales en pantalla y un amplio campo de batalla por el que moverse libremente y en el que están continuamente sucediendo eventos, dejando que el jugador pueda influir sobre ellos y usar su sentido táctico para establecer prioridades. Es algo complejo de hacer y está fuera de las posibilidades de la portátil de Nintendo o al menos tal y como se lo han planteado. Es una versión demasiado minimizada de lo que ofrece un Dynasty Warriors normal.

Para empezar se ofrece al jugador la posibilidad de elegir entre tres protagonistas: Dragon, Chimera y Phoenix, que lejos de mostrar una gran personalidad, se limitan a llevar con dignidad su papel de arquetipos andantes (uno equilibrado, otro rápido y débil, y otro fuerte y lento). No está mal, pero se echan de menos poder elegirse a los más guays de la saga como por ejemplo Cao Cao o Lu Bu. Tampoco profundiza en la narración , lo que es bastante triste dado que es algo vital que equilibra la acción intensa y continuada de Dynasty Warriors.