Visualmente, el juego es donde saca más pecho. El estilo 3D con cel-shading, con esos contornos negros bien marcados y colores planos y vibrantes, le sienta de maravilla y recuerda a clásicos inolvidables del género. Los modelos de los coches, aunque funcionalmente idénticos, tienen un diseño atractivo y resultón (aunque solo hay tres modelos). Sin embargo, todo este potencial se diluye en el diseño de los circuitos. A pesar de contar con 8 localizaciones, en la práctica muchas pistas se sienten como simples remixes de otras, reciclando las mismas texturas y estructuras cambiando un par de curvas. Se echa en falta una mayor diferenciación estética, algo tan simple como variar la hora del dÃa o la paleta de colores para, como mÃnimo, "engañar" a la vista y no tener esa sensación constante de estar corriendo en el mismo sitio una y otra vez.
El apartado sonoro es puramente funcional y se queda en un discreto segundo plano. La banda sonora está compuesta por temas de rock electrónico que, si bien son enérgicos y acompañan el ritmo de las carreras, carecen de personalidad. Los efectos de sonido son el punto más flojo: el rugido de los motores es genérico y le falta contundencia, y el chirrido de los derrapes no transmite la tensión del momento. Cumple con los mÃnimos para no correr en silencio, pero está a años luz de lo que se espera de un buen arcade de carreras, donde el sonido es clave para sentir la velocidad.
Conclusión
A Super Engine GT Turbo SPEC se le puede aplicar la definición de un quiero y no puedo. Un juego con una presentación visual fantástica y una premisa arcade que, en otras manos, podrÃa haber sido un acierto seguro. Sin embargo, se ve irremediablemente lastrado por problemas de base que atacan directamente a la diversión: un sistema de colisiones frustrante, una nula profundidad en sus mecánicas y una sensación de repetición que aparece a los pocos minutos. Se puede disfrutar en dosis cortas. Pero si buscas un arcade de carreras con un mÃnimo de empaque, aquà te vas a llevar un chasco considerable. Es una verdadera lástima, porque con un poco más de ambición, podrÃamos haber estado hablando de una pequeña joya indie.