Al cabo de unas horas de
juego ininterrumpido, me vi completamente incapaz de soltar el control.
Mi cerebro se sentía reconfortado con las sensaciones que le
proporcionaban los estímulos visuales y la combinación simbiótica entre
la música y la acción rítmica.
El aspecto visual cuenta con una
marcada dirección artística que nos presenta el mundo como un oscuro
entorno, iluminado únicamente por neones publicitarios, y personajes con
injertos mecánicos que han desplazado su humanidad a un segundo plano.
Todo ello claramente inspirado por clásicos del ciberpunk como Ghost in
the Shell, Akira o Blade Runner.
Tanto los entornos como los
modelos de los personajes y los efectos cuentan con un pulido acabado,
mientras que el trabajo de personajes 2D, que es como se nos presentan a
pantalla completa, no me ha convencido del todo. Se notan trazos más
cercanos al fanart que a una imagen profesional, a pesar de que sus
diseños son bastante correctos.
Los efectos sonoros y, en
concreto, la música posiblemente ofrece mucho más a la experiencia que
lo visual. Los ritmos tribales electrónicos, que en principio pueden
parecer repetitivos y machacones, terminan fundiéndose a la perfección
con la desenfrenada acción del juego, hundiéndonos en un trance del que
cuesta salir.
Mención especial al tema que suena mientras
exploramos Rengkok, compuesta y cantada por Susumu Hirasawa, quien ha
firmado las bandas sonoras de grandes animes como Paprika, Berserk o
Paranoia Agent.
Conclusión
Ruiner es una pieza
indispensable para todo amante del ciberpunk y un título más que
recomendable para los que buscan un Run&Gun con un genial acabado.
Cuenta con una duración muy correcta en su propuesta (entre 6 y 8 horas)
que, dado a lo adictivo de su desarrollo, pueden llegar a pasar sin
apenas darnos cuenta.