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Cuando lo visual se convierte en protagonista.
Hemos estado probando Razer Firefly V2 Pro, y la primera impresión fue: “esto no es una simple alfombrilla de ratón, es un espectáculo RGB”. Y no es para menos ya que cuenta con 15 zonas LED personalizables que cubren todo su cuerpo. El acabado es traslúcido, casi lechoso, lo que difumina el color de forma uniforme. Cuando la enciendes, cunde enseguida esa sensación de tener tu mesa convertida en pista de luces por la que vas a deslizarte.
Vamos con las especificaciones:
- Tamaño: 360×278 mm, con 4,6 mm de grosor (lo justo para albergar todos los LEDs).
- Superficie: rígida, microtexturizada y pensada para sensores ópticos. Ofrece un buen equilibrio entre velocidad y control.
- Base antideslizante, que hace bien su trabajo incluso en sesiones intensas.
- Conectividad: cable USB-C desmontable para alimentarla, y un puerto USB-A integrado muy útil para el dongle del ratón (evita interferencias y enredos).
Y ahora que sabemos los detalles técnicos, ¿Qué es lo que la hace única?
- RGB envolvente: No se limita a iluminar los bordes si no que toda la superficie brilla.
- Buena superficie: Aunque apagues las luces, la textura rígida te da un control preciso, y acabas olvidando que es una alfombrilla “iluminada”, es decir el combo ideal.
- Puerto USB extra: Ese pequeño detalle marca la diferencia, sobre todo si usas ratones inalámbricos, porque precisamente podemos usar ese puerto para enchufar el dongle, que los ordenadores de hoy en día cada vez van más cortos de USB.
- Toque estético genial: Estéticamente es de lo más vistoso que puedes poner en tu setup. Además, puedes personalizarlo a tu gusto con Razer Synapse pudiendo crear combinaciones a tu gusto e infinitas. Cuando además aprovechamos la integración con juegos como Gears 5, el espectáculo visual, es redondo ya.
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