Se cumple el primer aniversario del lanzamiento de Hellbalde, la última obra de los ingleses de Ninja Theory. Artífices de otros títulos sonados como DMC, Enslaved y Heavenly Sword, que ahora desarrollan en exclusiva para Microsoft. ¿Qué mejor manera de celebrar un cumpleaños, además de revitalizar las ventas, que publicando una versión en VR y que tanto está de moda?.
Dos versiones inseparables
Lo primero bueno que trae Hellblade VR (HVR) afecta a todos los compradores, pasados y nuevos, ya que esta versión del juego se incluye en un pack inseparable con el título original. De este modo, los que ya poseen el primero, se encontrarán con que el segundo aparece automáticamente en su biblioteca de Steam, y los nuevos podrán adquirir ambos títulos por el precio de uno.
Además, los desarrolladores han empleado las optimizaciones necesarias en la versión VR para mejorar sustancialmente el rendimiento de la versión original, por lo que se garantiza una mejora en los equipos más “arrastrados”. ¿Qué más se puede pedir?.
Ajustes de adaptación
En HVR nos encontramos exactamente el mismo juego de hace un año, con ajustes de cámara y control adaptados a las exigencias de la realidad virtual: distintos tipos de giros de cámara (para los de mareo fácil), distancia de offset (por si jugamos sentados) y otras, que nos permitirán mejorar la comodidad de la experiencia. Además de éstas, el juego cuenta con las clásicas opciones de configuración gráfica que cada cual tuneará en concordancia con la potencia de su equipo.
En mi caso, la única variación que hice del preset autodetectado fue el gamma. Al tratarse de un juego tan oscuro y del escaso espectro de contraste de imagen de las HTC Vive, a menudo me perdía por no ver las escaleras, runas o interruptores, necesarios para continuar la aventura.
Control y cámara
El control se puede realizar por medio del mando clásico o del ratón y teclado, pero no con los controles de movimiento de Vive. Aunque no muestra tutoriales, en cualquier momento permite consultar la configuración de control, dentro del menú de opciones.
La cámara en tercera persona, a la espalda de la protagonista, cubre las mismas funciones del título principal pero permite un mayor ángulo y libertad de visión. Los puzles de perspectiva que abundan en el recorrido, ganan una nueva dimensión, pero mantienen intacta su funcionalidad con la vista estereoscópica. A pesar de que Vive está pensado para permitir el desplazamiento real del usuario, HVR no explota esta opción y sólo tiene sentido experimentarlo sentado, en una posición cómoda.
