Bambas! es el nuevo título desarrollado por los alicantinos DevilishGames, quienes nos trajeron el tan viral Minabo. Parece que, tras las caminatas vitales de los simpáticos nabos y los topos, ahora quieren hacernos recorrer pasito a pasito por un barrio mediterráneo disfrutando del trayecto. Uno de los estudios de desarrollo más longevos de nuestro país, con un estilo personal y valiente, con títulos como Minabo, Onirike o Kalumno a sus espaldas. Siempre con centrado en las experiencias emocionales, con un enfoque muy humano.
Envuelta en cotidianidad y nostalgia, esta aventura urbana nos propone un paseo emocional por nuestra infancia y adolescencia con algo tan sencillo como un par de zapatillas, un par de bambas. La propuesta de Bambas! es directa, con el gatillo izquierdo levantamos ese pie y con el derecho hacemos lo propio, tan solo tendremos que mover el stick correspondiente para que nuestros primeros “baby steps” den comienzo a esta aventura que pone atención a los pequeños detalles.
Esta coreografía, torpona al principio, requiere un periodo de adaptación para que, en poco tiempo, nos movemos de manera natural y fluida. Caminar y descubrir nos aporta un punto de vista casi infantil, donde, sin saber exactamente la edad de nuestras bambas, el mundo nos retrotrae a esos primeros paseos por el barrio. Con un aspecto de mundo libre y formato sandbox, este título huye de los tutoriales molestos invitándonos a explorar y descubrir, casi sin explicaciones, como siempre fue la calle.
Cada paso cuenta
La narrativa se descubre a manera que avanzamos en dos direcciones: tareas sencillas y conversaciones con otros calzados. Entre esas tareas cotidianas, patearemos latas, cruzaremos pasos de cebra sin tocar el asfalto, jugaremos en los columpios, jugaremos a máquinas de baile imposibles o veremos cómo se nos atascan algunas latas en el zapato, regalándonos ese característico traqueteo metálico al pisar.
Con una propuesta completista, vemos en forma de retos tareas que nos invitan a explorar y aprender las sencillas mecánicas del juego. Tendremos que ir superando estos pequeños desafíos, sin ataduras y libremente, para mantener feliz nuestro “cazalogros” interior. Los retos son sencillos, variados y proponen actividades que van desde lo más simple hasta lo más llamativo, como chutar penaltis o hacer encargos llevando pizzas en un patinete eléctrico.
En las conversaciones con otros calzados veremos desde pasos de bailes hasta retos de redes sociales que parodian nuestra realidad, o personajes que necesitan contar pasos cumplir con el el mínimo diario recomendable. Son misiones sencillas que mantienen un rato ocupados y fomentarán mejorar nuestra fluidez con el control, a menudo con un punto de crítica social o carga emocional.
