En pleno siglo XXI, con ciudades que se extienden por kilómetro, vehículos, prisas, agobios y demás nos olvidamos de muchas cosas. Es normal, pero en cuanto nos sentemos unos minutos a reflexionar, descubriremos que muchas cosas vitales para nosotros, vienen del campo. De ambientes rurales con sus propios rurales y su propio día a día. Hoy vamos a analizar un juego que nos transmite muchos valores de esos ambientes: Gaucho and the Grassland. Ché, ¿Listo para vivir la laboriosa vida rural? Nos encontramos ante un juego, que es el resultado del trabajo de la desarrolladora brasileña Epopeia Games. Gaucho and the Grassland es un título de simulación de vida con toques de aventura y mitología.
Escucha a tu “viejo padre”
Gaucho and the Grassland nos presenta una jugabilidad en un mundo 3D, similar a otros juegos como Stardew Valley. El jugador asume el papel de Gaucho, un “granjero/vaquero” que está despidiendo a su viejo padre, un antiguo Guardián de la Pampas. No obstante, el espíritu del mismo se nos aparece. Tras encargarnos arreglar nuestra “choza”, en la parcela de tierra familiar, el viejo padre, nos habla de los males que acechan a todas las zonas de Grassland, así como nuestro deber de solucionarlos. Bienvenidos a Gaucho and the Grassland.
Conviértete en un verdadero gaucho
Ante todo, Gaucho and the Grassland ofrece una experiencia de juego accesible para todos los públicos. Por un lado, debemos diferenciar un conjunto de misiones principales a modo de historia. Estas misiones nos llevarán en torno a siete horas y servirán para desbloquear todas las zonas del juego, repartidas en dos “mundos”: el mundo normal que son cuatro zonas y el mundo espiritual que son otras tres zonas.
Además de desbloquear todas las zonas, se nos enseñarán los fundamentos básicos del juego, basados en tres elementos principales: la construcción, la cría de animales y las misiones (sobre todo las secundarias). Una vez con estos conceptos claros, el juego comienza con la zona de la granja “familiar” similar a juegos como Sun Haven. Empezaremos en una zona céntrica que de alguna manera da la sensación de ser una zona encargada de vigilar y cuidar al resto de zonas.
Desde ahí, se nos muestra como recolectar recursos, fabricar las primeras herramientas y construir. Podemos construir multitud de tipos de casas, también edificios para los animales, decoración. También edificios para crear otros objetos. Lo cierto, es que la mayor parte del contenido del juego se puede explorar en lo que llamaríamos “endgame”. El objetivo principal de las misiones de historia, es recuperar el “equilibrio” en todas las zonas. Para lograrlo, debemos vencer a una especie de serpientes mitológicas llamadas Boitatá. Estos enemigos se pueden derrotar dentro de unos laberintos activando unos faros que los ahuyentan. Dichos faros requieren diversos materiales.
Una vez expulsado el Boitatá, podremos acceder al mundo de los guardianes. Unos guardianes que representan ciertas culturas latinas. Dichos guardianes, como muchos NPCs del juego, nos encargarán misiones antes de conseguir su ayuda. Tras superarlas, estos guardianes restablecerán el equilibrio y nos concederán llaves para abrir portales de otras zonas. El juego respira no solo todo aquello que rodea al concepto “gaucho” y el cuidado del ambiente rural, también la cultura y mitología argentinas, así como otros países latinoamericanos.