Final Fantasy XIII

Xbox 360, PS3
8.5
Final Fantasy XIII 10 TodoJuegos
Publicado el 22-03-2010 a las 20:44 <<   Página 2 de 6   >>   
Autor: Carlos "Mentenroscada" Zarzuela

Para llevar a cabo la exploración del mundo, nos encontramos con un sistema de manejo idéntico al visto en la anterior entrega, donde controlamos al líder del grupo por el escenario mientras el resto de compañeros nos siguen de cerca. Tan solo tendremos que preocuparnos por el control de la cámara, libre la mayor parte del tiempo, la interacción con los elementos del escenario, simplificada en un único botón, y de dirigir a nuestro héroe con el stick analógico. Los extensos mapeados, absolutamente lineales, contienen enemigos preestablecidos, situados en posiciones determinadas, con los que podremos pelear, si nos acercamos, o eludir, evitando el contacto directo con ellos.

Durante el recorrido por los entornos que nos plantea el juego, únicamente contaremos con la posibilidad de desviarnos durante unos segundos por rutas paralelas alternativas al camino principal, con el objetivo de encontrar preciados ítems ocultos, tras lo cual tendremos que regresar al trayecto original. Esta decisión de diseño ha sido, según sus creadores, un mal necesario para favorecer el aspecto cinematográfico del producto. Por una parte es cierto que se merma seriamente las sensaciones de descubrimiento y libertad que ofrecen otros títulos del genero con entornos abiertos, pero por otro, evita las experiencias frustrantes de deambular por laberintos sin sentido mientras eliminamos horas de enemigos sin ningún sentido.

Existe una única excepción en cuanto a escenarios limitados, reservada a la extensa estepa que podremos investigar libremente sobre la superficie virgen de Paals. Esta región será accesible una vez alcancemos el capitulo 11, uno de los últimos del juego, y nos permitirá viajar a pie o en chocobo por una amplia región mientras cumplimos misiones opcionales relacionadas con derrotar criaturas y recopilar ítems. Aprovechar este periodo intercapitular previo a los últimos compases de la trama puede alargar considerablemente las horas de juego y ayudar a mejorar a nuestro grupo al puro estilo Monster Hunter, pero también puede ser un proceso obviado por aquellos que quieran conocer rápidamente el final de esta epopeya fantástica, sin emplear largas horas guerreando por el mundo.

Las batallas se desarrollan en tiempo activo, sin pausas, durante el cual tendremos que seleccionar las acciones a realizar, pero con la diferencia de que en un mismo turno podremos encadenar varias de un mismo tipo, creando combos y favoreciendo una acción más realista, dinámica y coreográfica que se aleja de los cuadriculados combates de los juegos de antaño. En esta ocasión, y a pesar de que se nos muestran tres aliados en pantalla, tan solo tendremos el control directo de uno de ellos, mientras que el resto seguirá las ordenes que le dicte la inteligencia artificial programada en base a un rol que podremos asignarles antes y durante los combates. Estos roles (Castigador, Fulminador, Protector , Sanador, Inspirador y Obstructor) dictarán el tipo de habilidades disponibles para cada héroe por lo que se convertirán en la piedra angular de este nuevo sistema de juego y supondrán prácticamente el único componente estratégico que podremos emplear para lograr el éxito en nuestras misiones.

Como reto principal del juego se nos presenta un apabullante repertorio de enemigos a los que derrotar, cuya original variedad está a la altura de las criaturas que han precedido la saga y entre las que encontraremos muchas familiares. Para vencerlos tendremos que prestar atención a sus dos barras: la de vida y la de aturdimiento. Esta ultima aumentará especialmente con los ataques mágicos del fulminador y que, al elevarla al máximo, causará un estado de confusión en el que la guardia de nuestro adversario se verá seriamente comprometida y que podremos aprovechar para asestar los golpes más dañinos.

Al igual que en Final Fantasy IX, las invocaciones adquieren nuevamente el nombre de "Eidolons", míticos seres que acuden a nuestra llamada durante las peleas para ponernos las cosas mas fáciles con el uso de sus increíbles habilidades. Su aparición será progresiva durante la historia, que nos obligará a derrotarles para conseguir doblegarles a nuestra voluntad y tras lo cual podremos llamarlas mediante el uso de la habilidad pertinente. Mediante el gasto previo de una cantidad de puntos de habilidad, se volverán corpóreas a nuestro lado y suplantaran el resto de aliados, combatiendo junto al líder que los invocó. Durante el proceso actuaran libremente apoyándonos en el combate con sus ataques y ayudas a la par que asciende un medidor de empatía. Elevarlo nos permitirá activar durante más tiempo el segundo estado del Eidolon que consiste en su transformación en vehículo, pilotado por su dueño, y que a nivel de gameplay se traduce que una serie de combinaciones, del stick analógico y botones, que podremos realizar para asestar duros ataques a nuestros contrincantes.

La elección del líder del grupo será una opción exclusiva de la segunda mitad de juego, como forma preventiva para que presentemos la misma atención a todos los personajes desde el comienzo de la aventura. Nuestra derrota se dará únicamente si este personaje ve reducida a cero su barra de vida, sin importar que el resto del equipo se encuentre aun en pie. Todas estas peculiaridades de nueva implementación se irán presentando al jugador por medio de breves tutoriales que, lejos de suponer largas y pesadas pausas como en anteriores juegos de la saga, se han simplificado y diluido a lo largo de las primeras horas de juego, resultando un método mucho mas cómodo y adaptativo para el jugador.


Caratula

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