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En determinados momentos dejaremos de lado la desenfrenada acción por los retos mentales que requerirán cierta habilidad a la hora de desplazarnos y activar ciertos elementos del escenario en el orden adecuado para encender algún arcaico mecanismo o encontrar la senda antes oculta. Estos puzzles están dispuestos estratégicamente de tal manera que su resolución no se ve forzada y su integración es perfecta en la historia y contexto de juego.
Herencia de su antecesor es la ausencia del medidor de vida, innecesario en parte porque la salud de Nathan viene dada por el sufrimiento masivo de daños y su recuperación por el paso de unos segundos sin ser alcanzado por ningún ataque. Sabia elección que de no haberse llevado a cabo nos mantendría ocupados en la búsqueda de molestos e irrealistas ítems de curación.
La sensación general que nos ha dejado el control es que a pesar de la enorme variedad de situaciones en las que nos veremos obligados a interaccionar, el lógico y sencillo planteamiento de botones elegido se mantiene solido y evidente en todo momento, permitiéndonos experimentar una respuesta directa a nuestras órdenes sin tener que preocuparnos de la colocación de nuestros dedos en el mando.
El rimo de juego ha sido diseñado como si de una película se tratase y a pesar de los abundantes momentos de marcada intensidad, también se sucederán los tramos más tranquilos con los que saciar nuestro afán de descubrir y tranquilizar nuestros castigados corazones. Las sensaciones que transmite son cercanas a la experiencia que produce una montaña rusa, con euforia y vértigo dosificados y separados por curiosidad y sorpresa. Una delicia.
No te frotes los ojos, es real!
Lo que tenemos hoy entre manos es uno de los escasos títulos que cada año logran superar las barreras establecidas por sus antecesores y registrar los nuevos límites de la plataforma. Sin ninguna duda podemos afirmar que Uncharted 2 es el mejor juego (técnicamente hablando) de Playstation 3, llegando a desbancar al ya de por si impresionante Killzone 2.
El moto grafico Havok, conocido por sus buenos resultados en videoconsolas, es el encargado de mover los bastos escenarios creados para el juego y nos deja, como resultado del buen hacer de los artistas infográficos, increíbles escenarios de enorme tamaño plagados de detalles cuyas texturas muestran una resolución altísima. A excepción de la texturización dinámica que en alguna ocasión tarda en cargarse más de la cuenta, no podemos mencionar ningún otro defecto en este apartado.
Como dijimos antes, visitaremos lugares de lo más variopintos, desde el corazón de una ciudad en ruinas, hasta una montaña helada, pasando por la más espesa de las junglas. La sensación de estar dentro de estos pequeños mundos es total y no será raro pararse a admirar un paisaje o una estancia gracias al enorme trabajo artístico realizado y a la filosofía empleada en la creación de niveles que, a diferencia de la anterior aventura de Drake, han sido modelados en 3D directamente sobre bocetos en papel.
La acción se desenvuelve muy fluida en todo momento a pesar de las múltiples explosiones, disparos y personajes en pantalla. Para lograr esto en el “especial” multinucleo de la consola de Sony se ha optado por los 720p de resolución, la carga dinámica de texturas y figuras además de la implementación de ciertos fondos planos que a pesar de lo que pueda parecer, quedan estupendamente integrados.
La riqueza de las animaciones merece mención especial, siendo habitual encontrarnos con que, tras ser alcanzados por una explosión o tras caer víctimas de un disparo, nos movemos a duras penas, quejándonos por el dolor, así como en las abundantes escenas que requieren movimientos fuera de lo normal y que han sido adaptados a cada momento en concreto sin variación en los controles pero con respuestas naturales en relación a las peculiaridades del entorno.
Los personajes, tanto del protagonista como de los secundarios y enemigos se mueven suaves prácticamente en todo momento y solo hemos podido notar algún “salto” de posición en momentos en los que el sistema reajusta un salto o se produce un cambio radical en cuanto al movimiento del modelo. Defecto que en realidad se convierte en virtud al favorecer la jugavilidad y no permitirnos errar a la primera de cambio.
El motion capture con ciertos retoques manuales ha sido la opción elegida para darle realismo a las reacciones de los modelos humanos, manteniendo el amor por los detalles especialmente en las cinemáticas donde veremos particularidades como la perfecta coordinación de los dedos o la fantástica sincronización labial y ocular.
El amor por los detalles son lo que le hacen especial gracias a los efectos como el calor que distorsiona la imagen tras su estela, la nieve que se acumula a los lados de nuestras pisadas, el desenfoque producido cuando disparamos, las partículas lanzadas por las explosiones, el agua en ríos y cascadas que reflejan el mundo, la mágica iluminación que nos envuelve con su cálida aura o nos estremece de frio...
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