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Una vez que queda claro que se puede jugar perfectamente en la consola pasemos a comentar lo que el juego ofrece.
Historia.
Sigue la guerra entre las facciones oficialistas (la GDI: Global Defense Initiative) y los rebeldes (los NOD), con la participación estelar de una nueva raza: los alienígenas Scrin, interesados en el mineral Tiberium, que entran en la batalla alterando el transcurso de la misma (no, no voy a dar más detalles, tranquilos).
Al igual que en anteriores entregas las campañas están introducidas y se desarrollan entre misiones con vídeos grabados por actores de verdad, en plan película. Cada bando verá en su campaña la misma historia desde su punto de vista, con sus propias “películas”, lo que da al juego una continuidad y una inmersión envidiables. Acostumbrados como estamos a los gráficos pre-renderizados es un soplo de aire fresco ver personas de carne y hueso, con actores reconocibles, en nuestras pantallas. La historia está además muy bien construida, dando para unas 15 horas de juego antes de llegar a las misiones de bonus finales, que merece la pena desbloquear y jugar.
Hablando de las misiones que componen las campañas, no penséis que nos vamos a limitar a destruir las bases del enemigo, como suele ser habitual en este tipo de juegos. Los objetivos de las misiones son de lo más variado, y se complementan con otros objetivos secundarios que nos llevarán a robar edificios, reparar puentes, aliarnos temporalmente con la facción rival para luchar contra los aliens, etcétera.
La Batalla
Tiberium Wars no es un juego de estrategia al uso… Ni la inteligencia artificial ni los jugadores humanos online nos van a dejar tiempo para construir un pedazo de ejército. Aquí las cosas van a otra velocidad, todo es más rápido y las partidas tardan pocos minutos en empezar a calentarse. Tendremos además las típicas opciones de actualización y mejora de edificios y unidades, pero no hay tantas “ramas” de ciencia o investigación como en otros juegos, todo parece pensado para obligar a los jugadores a enfrentarse cuanto antes. Además, no nos hemos encontrado con unidades super poderosas en las que basar toda nuestra estrategia: todo se puede destruir y todo tiene puntos flacos.
Cada bando además no sólo tiene diferentes unidades y poderes, también ha de jugarse de distinta manera. Los GDI son una máquina organizada y potente, sus ataques son poderosos y tiene máquinas de guerra pesadas y con capacidad de fuego importante. Los NOD en cambio tienen poderes de ocultación y unidades más especializadas, con grupos de ataque más pequeños pero mucho más difíciles de defender si van bien coordinados. Los Scrin son en cambio multitudinarios y con unidades pequeñas y manejables, una raza mucho más difícil de manejar por la cantidad de recursos, pero tremendamente divertida de jugar una vez que se les coge el punto.
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